Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 1 de mayo de 2017

Viejo guerrero

Gregory dando lecciones, señores.

Lestat de Lioncourt

Todos hemos cometido errores. Hay quienes esos errores los han hecho en soledad, o públicamente, y contra ellos mismos, pero hay otros que los han cometido contra decenas y a veces en plena oscuridad, en el silencio de la noche, cuando todo el mundo cree que está salvo en su cama. Nadie está a salvo de sentir las consecuencias de los errores de acciones que jamás han conocido ni conocerán. El mundo es tan global que el aleteo de una idea puede convertirse en un huracán, terremoto o maremoto al otro lado del mundo.

He vivido cientos de guerras, pero otras sólo las he visto por la televisión. He sido espectador, como muchos otros. Veía esas imágenes como quienes ven una serie de televisión o una película. Observaba las armas disparando a bocajarro a civiles y otros soldados que únicamente tomaban las suyas porque el patriotismo, el deseo de ayudar a su pueblo o simplemente un buen sueldo que les permita vivir, aunque más bien sobrevivir, se lo exigieron. Algunos incluso estaban obligados y había quienes no levantaban más de un palmo del suelo, pues eran niños soldados adiestrados para combatir hasta la muerte. Nos enseñan que el patriotismo es morir por tu pueblo, pero en realidad se muere por las decisiones políticas tomadas en un despacho y que sólo favorecerán a la élite. Las he visto demasiado cerca, he sentido las bombas cayendo cuando antes sólo era el sonido de espadas. Todo ha ido cambiando. Incluso ahora hay una guerra silenciosa que te mata mientras duermes, pues son gases tóxicos que te arrebatan todo.

La guerra es el mayor error. Los conflictos verbales o físicos son errores. La violencia no es solución aunque sea sólo para combatir otro tipo de violencia. Educamos mal, enseñamos valores indebidos y hacemos discursos que realmente no tienen sentido en un mundo donde todo parece fácil y al alcance de cualquiera. Obligamos a los jóvenes a leer libros que no entienden y terminan odiando la cultura, la lectura y por ende el pensamiento crítico. Decimos quienes deben adorar, la ropa que deben usar y cuánto dinero tienen que exigir en un empleo. Y digo que somos todos los culpables, pues tanto lo es quien lo hace que quien acepta las normas del juego.

Soy un viejo guerrero que ve más honor en aquellos hombres que luchaban con sus manos desnudas que con estos que aprietan botones y lanzan misiles, aunque tanto unos como otros están equivocados. Son errores garrafales que asolan el mundo y lo perjudican. Como he dicho antes, sólo ganan los más privilegiados que son los vendedores de armamentos, los políticos y las petroleras. Os venden terrorismo para generar miedo y caos, pero las peores fobias son las que más pasan por alto. La homofobia, la transfobia, la xenofobia, la misoginia o el miedo a quien reza distinto está generando más muertes y desprecio que un tiroteo.


Hemos acabado con una guerra abierta entre nuestra raza, los vampiros, y ha sido a base de conversaciones en plena madrugada. Me pregunto porqué es tan difícil para los humanos comprender que las diferencias se liman hablando y no con bombardeos, golpes o disparos. El día que entendamos que no existe un "nosotros" y un "ellos", sino que todos somos lo mismo y necesitamos cooperar tal vez sea demasiado tarde.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt