Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Pequeñas cosas

Ella se encontraba recostada a mi lado. Su cabello caía sobre sus pómulos en marcando su rostro fijo, de piel de porcelana y labios seductores. Mis ojos se desvivían por arroparla con miradas algo indecentes. La sábana blanca cubría parcialmente su cuerpo y el camisón era celeste pálido, contrastando con el dorado de sus cabellos. Parecía frágil y diminuta, pero la realidad siempre ha sido distinta a la fantasía y las apariencias.

Me incorporé de la cama observando el jardín desde la ventana. Llevaba casi toda la noche lloviendo. Los árboles se movían molestos retorciéndose por el viento. El chapoteo incesante del agua comenzaba a cansarme y a la vez quería sentirlo sobre mi cuerpo. Acomodé mi camisa blanco algodón que se encontraba completamente arrugada, pues había dormido con ella, y miré mis zapatos arrojados de cualquier modo en una esquina.

Había regresado muy tarde y ella ya había tomado la cama. Ni siquiera había hablado con ella cinco minutos, pero sabía que con un par de miradas nos decíamos todo. Me giré de nuevo hacia ella y suspiré deseando que despertara y me abrazara. Llevaba con ese deseo más de media hora, desde que el sueño diurno se había evaporado.

-Rowan, cariño-dije aproximándome a ella mientras me atrevía a quitarle el pelo del rostro, dejándolo tras su oreja- Despierta-susurré notando que sus hermosos ojos grises se abrían y me miraban con una intensidad que calentaba mi corazón- Je t'aime- susurré depositando en sus labios un beso corto que ella intensificó abrazándome.


Esos pequeños momentos, por insignificantes que puedan parecer, son para mí un gran tesoro y quizás por ello soy feliz.  


Lestat de Lioncourt

Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt