Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 20 de junio de 2013

La belleza de una mujer dormida.

Justo en el ocaso se despegó de la cama donde yacía aún con ella. Hermosa, impecable, deliciosa y sobre todo arrojada a sus sueños. La contempló largamente a sabiendas que bajo sus sábanas no había nada, tan sólo desnudez tibia. Habían descansado todo un día después de una agitada noche. La había amado bebiendo de sus labios el brindis más dulce. Enamorado, entregado, hundido en la satisfacción plena se incorporó.

Sus pasos eran rápidos por la habitación buscando un trozo de papel para dejar una nota. Halló folios blancos desperdigados en un pequeño escritorio auxiliar y allí comenzó a escribir un poema para ella.


“Me abriría el pecho para que vieses mi corazón,
te ofrecería el encanto de mis palabras
mientras me haces mecer en tu embrujo...
pálida chiquilla de ojos tristes.”

Se giró casi por completo para verla recostado en el mar de ropas de cama. El juego de sábanas era blanco, como la espuma del mar, y sus cabellos rubios desperdigados sobre la almohada la hacía ver hermosa. Sus labios eran sugerentes y pedían ser besados con ansiedad. Al regresar a su escrito se dejó llevar por la belleza que había contemplado.

“Lloraré sobre tu lecho cuando me ames,
me acercaré a tus pómulos y los acariciaré
para después bajar besos por cuello
hasta tu delicado talle de flor.

La belleza de tus tobillos
es similar al de tu sonrisa esquiva.
Tan seria, a veces pareces fría
pero en realidad eres volcán de café.”

Los recuerdos de la noche anterior afloraron y lo volvieron febril, deseoso de arrojarse a su deseo. Sin embargo, no podía. Tenía que escribir aquello y marcharse antes que su esposo viniese de nuevo a buscarla, a sabiendas que él había estado ocupando su lugar.

“Y me meceré en tus brazos
sentiré como me rodeas por completo
entrelazando nuestros corazones
en un intenso y hermoso lazo.

Como divina y antigua tragedia griega
seré Dios del Olimpo y tu musa;
y caminaremos por la Ópera
cantando nuestra profunda pasión.

Bailaré contigo un vals hecho tango,
para luego convertirlo en un violento rock
hasta que estalle en carcajadas nuestras almas
sintiéndonos ebrios de ritmo y libertinaje.”

Al acabar firmó con un “Je t'aime ma cherie” y lo dejó doblado sobre la almohada que él había ocupado. Después, se vistió con prisas y besó su frente como si fuese una pequeña criatura frágil que fuese a evaporarse.




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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt