Con las manos en tu cuerpo y mis ojos
sobre los tuyos, sintiendo tu fría respiración junto a la mía, tus
cabellos alborotados contra tu frente y tus labios deseando que los
bese, de esa forma tan erótica puedo encontrarte cuando llego a casa
y te sostengo entre mis brazos como si fueses a esfumarte. Ternura y
complicidad, como si fuésemos niños perdidos en un jardín inmenso
de flores desconocidas. Quiero jugar contigo a la vida y la muerte
del mismo modo que te juego contigo a amarte y tenerte.
¿Y qué han sido de los malos sueños?
¿Dónde se fueron? ¿Qué pasó con las lágrimas que derramamos una
vez? ¿No ves que ya no están? Y yo lo sé, porque ya no me iré. No
te abandonaré ya que si lo hago yo me perderé. Besaré eternamente
tus ojos cerrados al amanecer y rozaré con mis dedos fríos tus
hermosos pómulos, tus delicados labios y tu busto pequeño que pide
ser besado en el pequeño trozo entre ambos.
Puedo sentir como el amor crece entre
nosotros, igual que un campo de amapolas salvajes mientras los
girasoles buscan a nuestro peor enemigo. Sé que estamos ganando la
guerra a la distancia teniéndonos a menos de un centímetro, así
como ganamos al llanto sonriendo sin dejar de espiarnos como si
fuésemos dos extraños enamorados.
Yo te amo con la inocencia de un niño
y la pasión de un demonio. Sé que tú me amas de la misma forma,
puedo notarlo en tus ojos y en la forma que sonríes cuando me hallas
meditando. Tú eres la belleza que yo estaba deseando mantener a mi
lado. Tu alma es tan hermosa como tu cuerpo, tus ojos son profundos
lagos que no callan nada para mí y tus labios, tus bellos labios,
formulan palabras cargadas de amor.
¿Y qué si otros sufren porque estamos
juntos? En la vida no siempre se puede ser bondadosos y a veces hay
que ser egoístas. No habrá más despedidas románticas, sino una
sola bienvenida a mis brazos para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario