Bonsoir mes amis
Aquí les dejo un escrito de Nicolas de Lenfent sobre sus fechorías con su nuevo poder otorgado por Memnoch.
Lestat de Lioncourt
Los augurios de un demonio
Bajo las luces de neón debes pedir un
deseo y quizás te lo concedan. En la tóxica ciudad de New Orleans,
en una de esas calles que son inseguras cuando todos ya se han ido a
dormir, puedes escuchar sus pasos llamarte como si fuera el canto de
una sirena. El violín suena ascendiendo por las fachadas y trepando
de balcón en balcón hasta quedar cerca de la luna que parece más
cercana y deslucida. Busca templar los nervios bajo tu piel y oculta
tus miserias, pues él conoce tus sonrisas más amargas y las
lágrimas más falsas que has podido ofrecer. Te convertirás en un
miserable si te atrapa, lo sabes.
Ya puedes sentir sus garras arañando
tu piel. Creerás que no es real, pero tus ojos te hablarán con
familiaridad. Entonces correrás por la ciudad buscando refugio que
no hallarás. ¿Para qué correr? El demonio se ha hospedado en las
calles que creías seguras.
Él sabe bien donde te escondes y que
cosas te gusta hacer a estas horas. En la oscuridad te tomará y te
llevará al final de la cordura. No podrás parar de gritar y todo el
mundo sabrás que habrás perdido.
Has caído en su juego, en ese juego
perverso donde todo es posible y no hay escapatoria. Los dados están
echados y la partida a punto de acabar. Rápido dale un beso de
despedida a tu alma y permite que la noche guarde silencio en
homenaje a la vida que has desperdiciado. No habrá vuelta atrás,
todos lo saben. Si juegas con el demonio éste acaba apareciendo
salvaje, apuesto y con ganas de diversión.
Hay un demonio en la ciudad que fue un
alma retorcida en los infiernos y ahora ha vuelto para sonreír con
deliciosa crueldad.
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