Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 30 de marzo de 2014

Tú, mil veces tú

Bonsoir

Última publicación de la noche. Un poema de Nash para todos ustedes. Dedicado a su amante Tommy. 

Lestat de Lioncourt 

En la elegancia mística de tus besos,
allá donde el alma llora cánticos de sangre
y el agua turbia del dolor
se deshace en rezos de iglesias ancestrales.

Quiero sostenerte como si fueras pluma
y a la vez mancharte de tinta contra el papel.
Golpearía tu figura con caricias de amapola
y besos de fuego, tierra y miel.

En esos momentos donde pierdes el juicio,
caes e imploras con lágrimas en los ojos
ante las piedras movidas de la catedral de tu cuerpo
y te adentras allá, en las tinieblas, te pierdo.

Mírame de nuevo, como aquel día,
en el cual conociste la verdad tras mi persona.
No me ocultes tus sentimientos, por favor.
Ya hemos jugado demasiado a este truco del infierno.

En tu piel el veneno de los dioses
donde sacan el néctar las avispas
para clavarse como dagas en mi corazón
mientras dejo en bandeja de plata mi razón.

He perdido tantas veces el juicio
como tú has perdido el aliento.
Ambos hemos caminado ciegos y sordos
por los senderos rojos que agitan nuestros cimientos.


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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt