Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 5 de mayo de 2014

Sigo amándote

La primera vez que nos vimos estábamos frente a un ataúd abierto, todos lloraban la muerte de tía Queen. Recuerdo que me cautivaste y yo te irritaba. Creo que ese día no te di una buena impresión con mi aspecto de estrella del rock, mi pelo revuelto y esos ojos que no podías descifrar. No, no podías leerme la mente y eso te frustraba. Yo, sin importarme tu molestia, me divertía muchísimo al comprobar que era un enigma para ti y un peligro. Te hice saltar todas las alarmas y te comportaste como una dama a pesar de ello.

Cuando regresamos a Blackwood Farm todos la lloraban, Nash se deshacía en halagos hacia la difunta tía Queen y Tommy tenía su pequeño pecho encogido. La Gran Ramona insistía que el joven Blackwood, mi hermanito, debía probar bocado y yo también; sin embargo, había alguien que nos esperaba arriba, en la habitación de éste. La persona que aguardaba, como si fuera la Bella Durmiente, era Mona.

Mona se había escapado del hospital, con sus escasas fuerzas había comprado flores y conducido hasta llegar a la mansión cerca del pantano. Las aguas nocturnas, las estrellas, la brisa cargada de insectos y los habitantes de la casa habían sido testigos de aquella aparición fantasmagórica. Delgada, con el cabello enredado, los ojos hundidos, completamente demacrada y terriblemente moribunda. La habían subido a la habitación y dispersado las flores a su alrededor, nosotros mismos lo vimos, y finalmente ¿qué? Decían que debíamos llamar a sus tíos, Rowan y Michael, así como a toda la familia Mayfair para que supieran donde se encontraba.

Ella lo sabía, Rowan. Ella sabía que Quinn no la dejaría morir y que él era algo más que un simple mortal. No, no era el chico que conoció sino un vampiro. Sus ojos azules se fundieron en sus gemas verdes, las cuales centelleaban con deseo, y finalmente caí yo en la trampa. La besé, rodeé con mi cuerpo casi aplastándola y la hice mi hija. Se moría, ¿qué podía hacer? No iba a dejar que muriera tan hermoso ser.

Entonces apareciste tú, como si fueras otra visión de otro mundo. Estabas decidida a llevarte a Mona y mientras, como si fuera una pesadilla, Julien Mayfair, el difundo brujo de la familia, me atormentaba con su mirada clavada en mi nuca. Estaba nervioso, nunca había visto un fantasma tan real y él me odiaba. Sabía que me odiaba por como se movía por la habitación. Rowan, juro que me fascinaste y que fuiste lo único bueno de esa noche, si no contamos que salvé a alguien de la muerte.

Me enamoré de ti, nos besamos y prácticamente te juré amor eterno. A pesar de todo lo demás que ha pasado, lo cual ha sido mucho e intenso, puedo decirte con total sinceridad que aún te amo. Aguardo el momento de volver a estar contigo, de poder tocar tu piel y jurarte de nuevo que siempre voy a amarte. Por favor, no me cierres tus puertas y abrázame...


Lestat de Lioncourt 


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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt