El siguiente texto es un regalo de Armand para Daniel... mira que son raros.
Lestat de Lioncourt
Él construye casas, algunas son
gigantescas mansiones y otras pequeñas cabañas desperdigadas. Sus
construcciones son firmes, muy robustas, pero tan pequeñas que ni
siquiera caben mis manos. Son construcciones en miniatura, de un
talento innegable y una paciencia privilegiada. Sus manos se mueven
suavemente, cortando cada trozo de madera y pintándolo con cariño;
las casas incluso tienen luces, pequeños árboles a su alrededor y
carreteras bien pavimentadas. Podría decirse que ha decidido crear
su propio mundo, evadirse de la realidad y concentrarse en algo que
pocos podrían valorar.
Puedo ver su flequillo revuelto, tan
rubio como sus cejas, mientras frunce el ceño arrugando su frente.
Tiene una mueca de concentración muy divertida, pues a veces saca la
lengua y la pasea por su boca pequeña. Es fascinante poder comprobar
que pasen las horas que pasen se mantiene en la misma posición, con
sus dedos manchados de pegamento y pintura, arreglando los últimos
detalles.
Su complexión algo delgada,
desaliñado, sin zapatos y con ese poder contenido siempre me ha
llamado la atención. Suelo decir que no me interesa. A veces incluso
le desprecio frente a Marius. Sin embargo, a solas, lo contemplo como
quien contempla una hermosa obra de arte. He llegado a tocar sus
mejillas mientras trabaja, acariciar su nuca o abrazarlo sin ver
interés alguno de él sobre mí.
—Daniel...—hoy he quebrado la voz
cuando le he hablado—. Daniel... —he repetido sin obtener
respuesta alguna—. Daniel, te amo— he susurrado dejando un beso
en su mejilla—. Me quedaré contigo unas horas...
Me he sentado a su lado observando como
ponía en marcha un tren pequeño, que se deslizaba por los carriles
torcidos de las montañas, salía por un túnel y entraba a la
estación de la pequeña ciudad. Sonreía. He visto como sonreía.
Sus ojos brillaban emocionados. Al fin había terminado otra maqueta
perfecta. Mañana, seguro, empezará con otra y así hará mes tras
mes, año tras año, y finalmente llegará el día del juicio final y
él seguirá construyendo casitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario