Como bien saben mi hermanito es un romántico y un poco idiota, pero lo de idiota no se lo digan. Escribió esta carta a Mona como todo idiota enamorado haría.
Lestat de Lioncourt
20 de Marzo de 1997
Adorable y apreciada Mona Mayfair:
Siento que si te toco arderé en los
infiernos, como si fuese una antorcha más en medio de la oscuridad
plena. Sé que nos erá así, pero me atraes como la polilla se
siente atraída a la luz, ¿no mueren así? Sin embargo, no me
importaría morir en tus manos, con mi cabeza sobre tu pecho
escuchando tu corazón y mis manos en tu cintura para que no te
marches.
Dicen que he perdido el juicio, tal vez
sea así o quizás jamás fui un chico sano. No lo sé. No me
interesa. Quizás eres tú la respuesta a todas mis plegarias, así
que debo tomarte como la salvadora de mi alma. Al fin he encontrado a
alguien a quien amar sin límites, sin excusas y perdiéndome en el
tiempo como un viajero que no quiere regresar a casa. Por favor, no
te alejes de mí. Hechiza a éste pobre idiota, hazlo con tu mirada
de verdes campos escoceses. Tú, mi hermosa criatura sacada de los
cuentos de hadas, me llevarás a vivir una comedia romántica donde
lo más absurdo sería no amarte.
Cuando cierro los ojos te veo frente a
mí, con aquel encantador vestido blanco y los lazos coronando tus
largos cabellos de sangre. Esos labios carnosos que tienes, tan
apetecibles, forman una sonrisa perfecta que no se esfuma en
territorios escabrosos. No, no puedo imaginarte llorando. Jamás
podré resistir que llores, por eso mi alma se quiebra cuando lo
haces. Por favor, toma mi mano como si fuese Peter Pan y tú fueses
mi Wendy. Quiero llevarte a mi isla, allí donde perdernos de la
vista de aquellos que nos toman por jóvenes rebeldes sin futuro.
Seré por siempre, entre la naturaleza salvaje, tu elegante Abelardo
y tú serás mi Ofelia.
Tú y yo para siempre. No lo pienses
más. Sólo ven conmigo, toma mi mano, y olvida el dolor que te
persigue. Yo puedo rescatarte como si fuese un príncipe de cuento de
hadas, pues no tengo miedo a dragones ni maleficios. Sólo quiero
contemplarte junto a mí, con tus manos entre las mías y un te amo
brotando de tus hermosos labios. El amor ya que florece no
marchitará, te lo aseguro.
Traquin Blackwood.
No hay comentarios:
Publicar un comentario