Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 9 de septiembre de 2014

Mi oficio

Nada, otra vendetta más. Otro que se apunta. Aunque supongo que ya estaba más que apuntado.

Lestat de Lioncourt 


Aún la noche envolvía todo con su misterio, y sus encantadoras estrellas brillando a miles de kilómetros, mientras el mundo se rendía por completo a los sueños. Los sueños son para muchos algo de qué hablar cuando despiertan, una sonrisa tímida al tomar un café cargado y la fuerza necesaria para soportar su vida de esclavo del trabajo, las reuniones sociales y la vida misma. Para otros, los que viven dentro de estos, en sin duda lo único que poseen. Plasmar sueños en pinturas, escritos y partituras es la vida del artista. Genera un poder hipnótico que doblega el alma.

Se encontraba sentado en uno de los tejados, con el violín entre sus brazos y el cabello hondeando debido a la ligera brisa. Aún el verano parecía no querer retirarse. El calor era algo insoportable, pero merecía la pena por el aroma de los jazmines y el murmullo de los insectos. El asfalto parecía una lengua negra y los vehículos pequeñas maquetas. El edificio era alto, aunque no tan alto como los que él había conocido en otras ciudades. Tres gloriosas plantas visibles, un sótano que quedaba en las entrañas de la tierra y un jardín lleno de plantas de las que desconocía algunos nombres. Había regresado a la vida y aún se preguntaba qué hacer con esa oportunidad.

El odio le había llevado a la venganza, el rencor le guió sus pasos, el demonio susurró en su oído y él tocó para asesinar los sueños de un ser que aún amaba. Su sonrisa cínica, sus hermosos cabellos dorados y el recuerdo de las noches parisinas le agobiaban demasiado. Se sentía confuso, dolido, abochornado y a la vez triste. El lamento de su violín cada vez era más frenético. Él construía sueños, tocaba por pasión, pero en esos momentos era títere con hilos que iban hacia el infierno.

Imaginó un mundo distinto. Cerró los ojos y aspiró el aroma de las flores. Con cariño abrazó el violín y se puso en pie encima de aquel tejado. Con elegancia comenzó a tocar mientras sus sueños buscaban liberarse. Pensó en un París distinto, una noche más en el teatro, el regreso de Lestat como si fuera el príncipe de un cuento de hadas y él el monstruo que aguarda ser liberado. Igual que si fuera un Minotauro y conociera a Ícaro con unas poderosas alas que pudiesen arrancarlo del tormento, de aquella jaula inhumana, y le devolviera el aliento, sus manos y la esperanza. Tenía cerrado sus ojos, pero de inmediato los abrió y se echó a reír. Sabía que tenía que hacer. La venganza era cruel, dolorosa incluso para él, pero el único camino. El camino hacia la libertad.



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt