Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 27 de noviembre de 2014

La esperanza

No sé donde estás. Tan poco sé si quieres que yo lo sepa. Desconozco tu paradero desde hace demasiado tiempo. He aprendido a saborear tu ausencia y recordarte sin reproches. Por aprender, incluso he aprendido a soportar el silencio de tus tacones, tus palabras mordaces y las miradas insinuantes que solía atravesarme el alma. No te he podido encontrar. Quiero pensar que sigues siendo una flor más en el Jardín Salvaje, quizás una Bella Dona que seduce antes de matar.

Te creé con todo mi amor y respeto. Soñé contigo tantas veces que ya ni recuerdo. Tus brazos me rodearon en una cama cargada de pétalos de flores silvestres y delicadas. Tu cabello pelirrojo derramó la pasión que contenía mi sangre, convirtiéndose en un río de lava que me abrasaba. Tus ojos, tan inquietos y seductores, me confundían con respeto y rabia. Puede que jamás bese unos labios tan carnosos y peligrosos como los tuyos. Tal vez, a pesar que me duele terriblemente decir esto, no vuelva a verte.

He tenido tiempo para pensar en nosotros. Creo que hice mal en no decirte cuanto te amaba. Si bien, quiero creer que lo sabías. Las mujeres sois intuitivas, y tú mi brujita, además eras una poderosa hechicera que me leía el alma con sólo echarme un vistazo. Me reprochaste cientos de veces mi actitud, pero caí rendido ante ti. Sí, me rendí. Caí como caerían muchos. Y ni te diste cuenta, ¿verdad?

Daría muchas cosas por estrechar tu cintura, sentir tus voluptuosos pechos contra mi torso y tu voz susurrando mi nombre. Sin embargo, quiero creer que el misterio de tu desaparición es por motivos propios. Han muerto tantos, Mona, y tantos han sido los que no he podido siquiera reconocer. Nadie me ha dicho tu nombre entre los desaparecidos. Tarquin, mi hermanito, tampoco se ha reportado. Necesito saber de ambos y a la vez no quiero saber nada. Deseo imaginar que estáis recorriendo el mundo con ese sombrero vaquero que tanto querías, ambos de la mano sintiendo la eternidad como un suspiro, mientras que yo conduzco otro deportivo que perteneció a un gran hombre, el hombre que confió en la eternidad de forma ciega y en la bondad absoluta. Khayman ya no está. Todo se ha evaporado. Pero los recuerdos persisten. Sí, persisten. Tú eres uno de mis mejores recuerdos. Fuiste un hallazgo terriblemente enloquecedor. ¿Nos veremos? Dime que sí, aunque no sea con palabras. No te buscaré, pero estaré siempre esperándote para abrazarte.


Te amaré siempre a mi modo, de forma compleja y extraña.

Lestat de Lioncourt   

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Lestat de Lioncourt