Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 24 de noviembre de 2014

La voz del Diablo

Pobre Rowan... si esa cosa se empeña en volver siempre que se mata será peor que cualquier plaga. 

Lestat de Lioncourt


“Una puerta se abre, la lluvia dejó de caer para que la tormenta se iniciase. La vida surgió como una llama en mitad de la oscuridad. Una chispa. El aliento se contuvo durante un instante, los gritos sonaron terribles como en el Infierno. La voz del demonio susurró. La blasfemia se hizo cierta. La carne y el cuerpo dejó de alimentar, pero llenó la noche de un nuevo aroma.

No más pasos torpes y sin rumbo. No más mecer las ramas para que escuchen mi furia. La risa volverá a mi garganta. El demonio cantará con los ángeles y la iglesia lo bautizará en nombre de lo sagrado. El ritual ha comenzado. No más lágrimas en forma de lluvia. Llamaré nuevamente. Viviré.

La sangre se derramó mil veces en mi nombre y en nombre de tantos. El valle sagrado quedó cubierto de un manto rojo en mitad del invierno. La nieve, fría y blanca, se calentó con el fuego de mi cuerpo. La hoguera no fue para las brujas, fue para el hijo de esta. Pero, ahora, todo es distinto. Caminaré de nuevo, bailaré, haré el amor y brindaré por la vida. Yo he vuelto.

Lasher”

Aquel pequeño fragmento le quemaba en las manos. Sus ojos grises se llenaron de lágrimas. Por un lado compadecía el horror de su muerte, por el otro se sentía libre y vencedora. Había sido usada, como toda su familia, en un juego terrible hacia la inmortalidad. Él quiso volver y ella era la puerta, Michael la llave y la casa era el lugar idóneo para volver a surgir en mitad de la hora de las brujas.

Pronto se cumpliría otro año. Un 25 de Diciembre terrible y angustioso. Otro año más encadenando la lista. Parecía ayer mismo cuando todo ocurrió. Aún podía oler su aroma dulzón en el jardín. Sentía escalofríos cuando se quedaba a solas. Ella sabía que había regresado, lo sabía. Lasher jamás se rendiría. Era su hijo, tenía su tenacidad y su necesidad vital de superar cualquier macabra circunstancia. Pero a su vez era un demonio tan terrible, tan horrible, que no tendría piedad en volver a atentar contra su vida.

—¡Michael!—gritó provocando un auténtico alboroto en el piso inferior.


Su esposo subió con grandes zancadas por las escaleras que tantas veces había bajado acompañado de ella, intentando celebrar la vida y olvidar la muerte. Al llegar al piso superior, donde se encontraba con su rostro bañado en lágrimas, la abrazó jurándole en silencio que todo iría bien.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt