Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 18 de diciembre de 2014

Amada como nadie

Aún siento el peso de aquella responsabilidad, los focos calentando mi piel sudorosa, los ojos de cientos clavados en mi persona que se contoneaba y mis compañeros mortales ofreciendo un recital cargado de seducción y maestría. Muy pocos allí me creían. Tan sólo un puñado de mortales podían entender que era lo que estaba pasando. La mayoría eran vampiros que querían ver con sus propios ojos lo que yo hacía y jóvenes humanos seducidos por la idea de un concierto, nada más.

Ella apareció como un ángel y los destruyó a todos. Era como si el día del Juicio Final hubiese caído sobre sus cabezas. Cientos de miles ardían ante los ojos impotentes de sus seres amados. Los humanos corrían asustados, pues necesitaban un refugio y salir de allí. Miles murieron cerca del aparcamiento, creyendo que conseguirían llegar a su transporte y otros simplemente gritaron hasta que les llegó la hora. Acabó con un sueño, un mensaje y el silencio. Era un milagro, aunque yo lo tachaba de otro prodigio más terrible.

Louis temblaba tras las bambalinas y al correr junto a él, esperando que estuviese de una pieza, vi a mi madre llegar con un transporte formidable. Debíamos huir. Sin embargo, yo sentía que tenía que hablar con ella. Algo me pedía que hablase con Akasha.

Nada ni nadie estaba a salvo. El peligro aumentaba. Ella quería ser considerada una diosa.

Ahora, los pocos supervivientes, sabemos que no era ella la que tenía tales deseos de grandeza. Había estado escuchando a un espíritu cruel que dominó su ambición. Ella quería un mundo mejor, más próspero, y proteger a los futuros niños de un destino fatídico. Deseaba acabar con la violencia, pero engendró más violencia y cometió numerosos pecados. Usaron sus sueños. Violaron su verdad. Destrozaron su alma. No quedó mucho de ella.

Muchos comprenden el motivo por el cual ella parecía confusa, negándose siempre a sí misma su derrota desde el inicio y el dolor persistente en sus ojos que parecían rogar, o más bien implorar, que la liberáramos de todas las cargas. Su belleza quedó grabada a fuego en mi alma. No puedo dejar de pensar en ella como una hermosa estatua de piel canela, ojos profundamente oscuros y sensuales movimientos. Una mujer mágica que vino de lejanas tierras de Mesopotamia hacia el valle de Kemet, que luego sería Egipto, donde las tierras negras eran fértiles y los sueños podían florecer.


Nadie estaba preparado para comprender. El peligro era constante. Ella deseaba ser amada como jamás lo fue.

Lestat de Lioncourt   

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt