Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 12 de diciembre de 2014

La frontera entre el sí y el no

¿Qué hago? ¿Voy a por él o espero a que corra hacia mí? Siempre soy yo quien cede. 

Lestat de Lioncourt


He recorrido tantas calles que no debería recordar ya los detalles más extraños de cada una de ellas. Los rostros con los cuales me cruzo sólo son máscaras. Ellos, los humanos, son recipientes de una vida que se limita a convencionalismos, perjuicios, cadenas, pensamientos poco prácticos y una necesidad insaciable de sentirse amados aunque sólo sea momentáneamente. Son pura cáscara. La sangre que late en sus venas, recorriendo cada trozo de ellos, alimenta mis noches más frías y son delirio en las solitarias.

Tengo las puntas de los dedos helados, prácticamente como mi corazón. Mis ojos recorren cada tozo de acera. Hay miles de tiendas abiertas aún a estas horas. Los letreros luminosos anuncian ofertas salvajes, el sonido de los jingles navideños se propaga como la pólvora tras un disparo y en los negocios la caja registradora no para de ser abierta. Mi piel no es tan sobrenatural desde hace algunos años. Aún poseo ciertas cicatrices, por llamarlas de alguna forma, tras mi deseo de abandonar este mundo. Sin embargo, sigo siendo un monstruo disfrazado con un buen traje y cabello cepillado hacia atrás. Tengo los zapatos sucios. He caminado mucho. Soy como una bestia que persigue a su presa, un cazador que desea cazar a otro.

Nada me calma. Nada lo ha hecho en estos años. Nueva York ha sido una tumba para mí como lo es el invierno para las luciérnagas. Tomé distancia para imponer cordura. Quise olvidarme de sus brazos rodeándome, sus estúpidos besos juzgándome como si fuera un imperioso amante y sus mentiras susurradas con elegancia. Huí de él. Me refugié junto a alguien que una vez ya me abrió sus brazos. Ocupé el lugar que no me correspondía. Olvidé Nueva Orleans del mismo modo que quería olvidar a mi pequeña dama, mi hija.


En este frío día en medio de las compras de Navidad, cerca del gran árbol, contemplo la nieve que cae lentamente, como si fueran pequeños puntos de esperanza, con lágrimas que no logro derramar. Quiero volver con él. Necesito volver junto a él. Si bien, ¿no debería ser él quien me busque? No quiero verlo tan sólo unas horas. Deseo permanecer a su lado como hacía tiempo atrás, pero sin tantas quejas y quebrantos. Él es el único que aceptaría al monstruo en el que me estoy convirtiendo.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt