Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 5 de diciembre de 2014

Mon cour

¿Qué hago? ¿Le ignoro? Porque es lo que se merece. 

Lestat de Lioncourt 


Cuando te veo descubro en ti viejas heridas. Puedo palpar en tu rostro las lágrimas que no has derramado. En tus ojos me reflejo con un aura extraña. He comprendido al fin lo que es ser parte de la oscuridad, caminar por los pasillos enrevesados del mundo y escalar hacia un estatus que desconocía. Ya comprendo que es la muerte mucho mejor que antes, incluso acepto que tiene una belleza tóxica que me provoca cierto éxtasis. He vivido a ciegas y tú has intentado en mil ocasiones arrancarme la venda. Al fin lo he permitido. El Jardín Salvaje se postra ante nosotros. Puedo al fin ver la belleza nocturna, su simplicidad y decadencia, que me impulsan a caminar bajo las mismas premisas que tú me has dado. Ya gozo como debería. Sin embargo, es cuando te contemplo cuando me siento vivo. Tan vivo como una llama solitaria que se enciende en mitad de la noche. Quiero ser esa llama y deseo que tú la lleves entre sus manos. Sé me comprendes, del mismo modo que yo te comprendo. Ese, mon cour, es nuestro mayor problema y desafío.

He deseado mil veces borrar esa sonrisa socarrona de tus labios, desviar la mirada de tus intensos ojos de destellos violáceos, olvidarme de tus cabellos dorados desparramándose sobre mi torso y arrancarme de mi corazón todos esos besos que tanto añoro. Acepto que estoy enamorado de ti. Sí, lo acepto. Mis palabras de amor, esas que creía yermas, florecen cada vez que me tocas o escucho tu nombre. Es como si esa pequeña vela se convirtiera en una fogata.

Deseo volver a caminar junto a ti. Esta vez no rechazaré en absoluto tu mano. Quiero que me estreches con fuerza, como si me pudieses dividir en dos mitades, mientras el mundo aún tiembla por el pánico. Junto a ti no siento miedo. A tu lado no hay dolor insoportable. Cuando te veo no la veo a ella, a nuestra pequeña, sino a las siniestras palabras de amor que muchas veces me has susurrado. He sido un cobarde y he huido como las ratas que solía cazar cuando me negaba a mí mismo, a ti y al mundo de las sombras. Tú, el príncipe, y yo, el esclavo, somos un dueto extraordinariamente extraño.

Por favor, acepta mi compañía. No quiero volverme loco. Necesito un hueco entre tus brazos, mi cabeza añora tu hombro y mis manos quieren acariciar tu rostro. No puedo vivir ya sin tu compañía. La soledad es maravillosa, la compañía de otros es apetecible, pero tú eres el único que eres capaz de hacerme sentir pleno.


Como diría Wallace Stevens... “Vivimos en un viejo caos del sol.” Y yo, Lestat, mi amado Príncipe de los Vampiros, deseo vivir ese caos junto a ti. Acéptame de nuevo. Quiero ser el discípulo que no fui.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt