Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 2 de enero de 2015

Mi alma

Y ahí vienen los pensamientos del manco... digo de Nicolas. De nuevo viene su espíritu a traernos su dolor. 


Lestat de Lioncourt


Cuando llegas al fondo de tu alma, donde anidan tus más terribles pensamientos y pesares, sabes bien que puedes volverte loco o fortalecerte. Muchas personas no quieren reflexionar sobre el mundo porque saben que son capaces de hacer cosas terribles. Gente honesta que en realidad desea sacrificar al mundo, postrarlo ante sus pies y deleitarse con el jugo de la mentira. Miles de sensaciones te aguardan en el páramo donde el cuervo grazna, los árboles son retorcidos y no existe fruto alguno. Allí donde todo es yermo y el dolor es lo único que surge del suelo.

Yo he caminado por las profundidades de un enjambre de zarzas, he visto montañas de palabras robadas y he contenido el aliento ante la horrible visión de mi verdadero yo. Después he derramado miles de ríos de tinta en los folios que acumulaba junto a mi ataúd. Allí, exponiendo el dolor, explicaba todas las sensaciones amargas de las que disfrutaba de forma retorcida. No obstante, extrañaba su luz. La luz cálida de un sol que provocaba brotes tiernos de felicidad bajo mis pies. Esa luz que él tenía. La luz que codicié. El amor que dejé escapar. Él.


Toco sin dejar de mecerme ante el sufrimiento. Voy con los ojos vendados mientras juego en el hilo frágil de mi destino. Sé que cada nota musical que surja de mi violín puede ser la última y que cada palabra escrita testimonio de mi locura, pasión y despedida. Si cae el telón que caiga conmigo. Mi actuación debe ser la final de un gran misterio.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt