Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 16 de enero de 2015

Vieja amistad

Marius nos desvela sus sentimientos ante un reencuentro esperado con Avicus.

Lestat de Lioncourt


Jamás pensé volverlo a ver en tan penosas circunstancias. Muchos éramos atacados por una voz que nos atormentaba. Los más antiguos teníamos un compañero, un amigo, un aliado terrible que nos susurraba perversas frases que nos confundían y alentaban a llevar la tragedia allá donde ni siquiera podíamos imaginar. Cientos de jóvenes morían en todo el mundo y él, igual que otros tantos, fueron llamados para comprender lo que ocurría. Por fin, tras cientos de años, lo volví a ver.

Aquel rostro amable, con sonrisa breve perpetua, tenía los ojos llenos de incomprensión y dolor. Me negaba a creer que era tan estúpido como para no saber lo que ocurría. Pero no podía negar que Avicus seguía siendo hermoso. Tenía el cabello ondulado, tan negro como siempre, y esa expresión bondadosa a pesar de ser un gigantesco guerrero. Sus manos parecían limpias, aunque todos las teníamos manchadas de sangre.

La última vez que lo vi fue en Constantinopla. Lo dejé atrás, igual que a Mael y Zenobia. Siempre lo tuve presente, aunque reconozco que no creí que podríamos volver a vernos. Pinté algunas obras dedicadas a nuestras aventuras, conflictos, adversidades y pensamientos. Cuando tomaba un libro me preguntaba si él lo había conocido primero. Se convirtió en un ávido lector. Un hombre paciente que buscaba la verdad y estar en sintonía con el mundo. Y, sin embargo, nos encontramos en mitad de la tragedia. Fue terrible.

Me convertí de nuevo en un vampiro joven en mis recuerdos. Aquellos labios amables susurraban historias incomprensibles de guerra, dioses y milagros. Volví la vista atrás y vi a Mael con su túnica en mitad del bosque alzando sus brazos. Pude encontrarme con el hombre fui y que jamás volví a poder ser siquiera en mis sueños. Lloré. Lloré por mí, por ellos y por todo. Mil lágrimas desfilaron por mis ojos y me abracé a la fe innata de la verdad. La verdad prevalecería.


Avicus siempre sería para mí un gigante bondadoso... no un asesino de jóvenes vampiros. Ninguno de nosotros éramos conscientes. No fue premeditado. El dolor llegó a todos los corazones. El Dios del Árbol volvió a encontrarme.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt