Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 11 de febrero de 2015

Corazones con freno y sin marcha atrás

Quinn... ¡Yo sé porque la ama! Es que Mona tiene algo especial. Sin embargo, no podemos soportarnos demasiado tiempo.

Lestat de Lioncourt 


El tiempo que estuve separado de ella me hizo madurar. Comprendí absolutamente todo lo que una vez me confesaron. Supe que el amor es algo más que palabras de amor en e-mails desafortunados, perdidos en el tiempo y la red. Crecí como hombre, tuve el conocimiento necesario y acepté que estaba condenado. Jamás dejé de pensar en ella. Pese a todo no pude entregar mi corazón a alguien más. Ella se merecía algo más que morir en la cama de un hospital. Quería sostener sus manos entre las mías, pero me pidieron que no lo hiciera. Aquella mujer, tan joven y hermosa, se marchitaba como las flores que tanto amaba. Sabía que ella viajaba al valle de la muerte, pero yo deseaba retenerla entre mis brazos y jurarle amor eterno.

He leído mil veces Romeo y Julieta. Un amor que duró tan sólo tres días, pero que se convirtió en la típica historia de amor imposible. Muerte, desilusión y tragedia italiana en un cúmulo de sensaciones amargas. Muchos jóvenes desean tener un amor tan apasionado. Yo deseaba ser el Noble Abelardo de una Ophelia que no navegara entre las cristalinas aguas de ningún río, mar u océano. Ella no podía morir. No. Nuestro amor no podía acabar como el de tantas historias que la literatura creó interpretando el amor puro, la desesperación y el sufrimiento por un corazón entregado.

Ahora, tras tantos años, la contemplo deslizando mis ojos por su piel lechosa salpicada de diminutas pecas. Sus cabellos rojos, parecidos al jengibre, acarician su espalda diminuta. Sus senos, firmes y suculentos, son pequeñas montañas que toman forma mucho antes de su vientre plano y su monte de venus de escaso vello. Tiene unas piernas que podrían ser las de una sirena, pues a veces pueden ser torpes. Está envuelta en leche, pecado y sangre. Sí, cubierta por la belleza inmortal de la sangre y el poder que le transmite. Puedo hacerlo ahora mismo, mientras escribo estas líneas de forma acelerada.

Él la salvó. Aquel vampiro elocuente y carismático llamado Lestat. Era mi héroe y como todo héroe, o quizás santo, cumplió su cometido salvando mi felicidad. Porque ella, mi hermosa y salvaje pelirroja, es mi felicidad.


Se aproxima San Valentín. Es una fecha especial para muchos enamorados. Sin embargo, para nosotros, no es más que una cifra más en el calendario. El amor es para usar todos los días. Se fabrica y usa a diario, pues si no se hace se convierte en polvo.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt