Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 22 de marzo de 2015

Mi reina

Guardando silencio y gritando en él. Gritaba desesperadamente. Sus secretos estaban bajo una tumba pesada, tal vez su propio dolor y el castigo de un mundo que desconocían ya. La contemplé durante unos instantes, pero no pude contenerme. Tenía que besar su fría mejilla y observar en sus ojos el dolor que sentía. Era magnífica. No era una escultura, pues podía sentir la vida llenando cada recoveco de su cuerpo.

Deseé despertarla como si fuese la Bella Durmiente, pero siglos más tarde descubriría que hubiese sido mejor dejar que estuviese aislada, cuidada y admirada aún por los pocos que la recordábamos. Tuve que ver lo equivocada que estaba, el miedo en sus ojos, los sueños rotos convertidos en heridas y finalmente su cabeza arrancada en el suelo, manchando el mármol, mientras acababan con su vida. Quise gritar, pero no pude. Deseé llorar, pero las lágrimas no podían salir. Quedé en un estado en el cual no sabía como reaccionar.

La vida se desvaneció de su delicada figura, sus ojos quedaron vidriosos, las lágrimas estallaron en mi corazón y mi amor permaneció intacto. Comprendí que debí detenerla mucho antes de llegar a ellos. Tuve miedo. No pude defender sus ideales, pues no eran los míos. Estaba tan equivocada, tan asustada y desprotegida...

Muchos dicen odiarla y, sin embargo, yo no puedo hacerlo. Aún tengo amor en mi corazón para ella. Sé que el mundo no la comprendió, pero a veces no hay que comprender para amar. El amor en sí es un sentimiento que rompe cualquier frontera, cualquier entendimiento, seca las lágrimas de dolor por otras distintas y la complicidad aparece con esperanza. También hay quienes la aman. Sé que Marius jamás dejó de amarla. Ambos quedamos afectados con su marcha.


Ahora, tras décadas, estoy deseando saber dónde están sus restos. Quiero estar frente a su tumba y jurarle amor eterno. Fui leal a ella, aunque no era sólo por miedo. Fui leal porque sabía que me necesitaba. Sé que ella estaba aquejada de un terrible mal, el cual ha regresado y quiere acabar con todos nosotros.

Lestat de Lioncourt   

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Lestat de Lioncourt