Debería decirte la verdad, cara a
cara, pero prefiero usar las letras porque en éste mundo sigo siendo
un privilegiado. Escribirte éstas líneas no hará que el impacto
sea menor, el dolor empequeñezca y la verdad no sea veneno. Lamento
enormemente tus lágrimas, esa promesa rota y el silencio que te he
ofrecido. También he callado para el mundo entero. Caminé por las
ruinas del mundo, regresé a los momentos más terribles, palpé lo
que fui y lo que soy, observé en mi corazón todas las frases que no
dije y finalmente, como no, regresé al principio de todo. Soy la
semilla de un árbol oscuro, de frutos amargos y adictivos como el
café.
Me conociste con la fuerza de un dios,
los ojos de un santo y la imagen de un arcángel. No era más que una
criatura nueva, indómita y terrible. Mis colmillos no te asustaron,
tampoco el aspecto antinatural de mi piel. Sólo me abrazaste,
juraste que me querías y yo te rodeé con el mismo afecto. Te amé
intensamente como se aman a las amapolas en medio de un prado. Las
contemplas con su pasión, su belleza y su libertad al nacer donde
quieren. Te contemplé como una fuerza natural más allá de la
verdad, la mentira y los límites de la razón.
He vivido durante años escuchando
canciones que me recuerdan a ti, al mundo, a lo que viví o quise
vivir, a mí mismo y a los sentimientos más trágicos que he tenido.
Lloré por mis muertos, incluso por aquellos que no logré enterrar,
y recé a la nada por mi fe vacía, carente de sentido y tan sólida
como la de otros. Empecé a creer de nuevo en mí cuando la acción
me hizo ser trascendente.
Quizás no te importa nada. Nada en
absoluto. Puede que ésta carta sólo altere tu vida. Las disculpas,
como siempre, vienen a destiempo. La guerra interna que hemos vivido
ha sido terrible. He visto a muchos arder hasta consumirse en
cenizas. Temo por la vida de muchos que conocí, los cuales no dan
respuesta alguna. No logro hallar a mi hermano y a su querida
brujita. Sé que juré que los protegería con mi vida, pero mis
promesas a veces se quedan en nada. Te juro que he llorado durante
noches recordándote, admirando mi pasado y descubriendo que ya el
mundo no es tan hermoso como creía. Algo sucedió. Tal vez fue fruto
de una terrible depresión, pero como bien sabes hay que tocar fondo
para seguir luchando, buscando la verdad y regresando con más
fuerza.
Vuelvo a ser el vampiro que no
conocías. Acepta éste ejemplar, léelo con cuidado y conóceme
realmente.
Lestat de Lioncourt
No hay comentarios:
Publicar un comentario