Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 8 de octubre de 2015

Iguales y distintos

Seth es de esos hombres firmes en lo que piensa y siente. Lamento muchísimo que Akasha no le escuchara, pero me alegro que lo convirtiera en lo que es.

Lestat de Lioncourt 


—La primera vez que te sostuve entre mis brazos me juré que tendrías tanto poder como el sol, la lluvia y las estrellas. Guiarías nuestro pueblo convirtiéndote en una leyenda viva—dijo caminando por su habitación.

La contemplaba desde la distancia, agarrado por dos de sus imponentes guardias, mientras intentaba defenderme. Quería huir. No necesitaba grandeza mayor que salvar a cientos gracias a mis ungüentos, conocimientos en cirugía y nutrición. Deseaba ayudar incluso a los desarrapados, no convertirme en un tirano sediento de poder.

—Eras un niño tan pequeño, apenas levantabas un palmo del suelo, cuando tuve que decirte adiós—explicó girándose para mirarme directamente a los ojos. Intentaba conmoverme con su historia, pero no estaba decidido a aceptar que ella guiara mi vida. Yo era un hombre adulto, aunque aún era joven, y merecía equivocarme por mí mismo—. Eres mi orgullo, hijo.

—Si tan orgullosa estás, madre, déjame marchar. Permite que cure enfermos y salve vidas—expliqué entre lágrimas.

—Te falta ambición—murmuró tras un largo suspiro.

—Y a ti corazón...

Ella abrió sus ojos impactada por mis palabras, apretó los puños y se dejó caer en el diván cercano. Pude notar que se conmocionó. Quizás herí sus sentimientos, pero ella hería los míos. Estábamos matándonos uno al otro.

Ahora, cada vez que contemplo a Fareed, me pregunto si yo he hecho lo mismo con él. He inculcado mi deseo sobre sus hombros, presionándolo para ejercer junto a mí mis caprichos. Sin embargo, todos mis miedos se despejan cuando escucho sus carcajadas de alegría al descubrir un nuevo método para colaborar con la sanidad humana, el desarrollo de fármacos en las empresas del grupo farmacológico de Gregory o demuestra su interés en las charlas sobre enfermedades raras e incurables en la actualidad.


Hice bien en huir del lado de mi madre. No deseaba quedar perjudicado por su ambición. Estaba ciega y erraba. Sin embargo, en algún punto de mi corazón, o de mi alma, agradezco profundamente el haberme convertido en lo que soy. De no ser por ella no habríamos salvado a cientos de humanos, decenas de vampiros y mejorado el futuro para ambas especies. Si bien... siento que algo me impide amarla como a cualquier madre y eso me hace sufrir. He perdonado sus errores, pero quizás no estoy aún dispuesto a admitir que tenía parte de razón. Vivir eternamente es un regalo maravilloso, aunque difícil de aceptar y digerir.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt