Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 8 de diciembre de 2015

Recuérdame

Otra carta venida del Sheol... ¿Por qué aún me busca?

Lestat de Lioncourt


El mundo seguía su habitual destino hacia el declive cuando nos conocimos, y creo que no ha cambiado demasiado su trayectoria. Las luces de la ciudad siguen sin dejar ver las estrellas, la contaminación oculta el sol que tanto daño te hace, y tener esperanzas en éstos días, tan aciagos y desoladores, es una virtud que ninguno de los dos podemos desaprovechar. Siempre he creído que eres un impertinente, pero quieres saber. Te mueres por saber. El conocimiento te llama la atención seduciéndote como una peligrosa sirena en un mar revuelto, lleno de dificultades, que afrontas como si fuese un juego. Eres temerario, impulsivo e irrespetuoso. Tienes la gallardía que a muchos les falta. Atraes a masas ingentes y te proclaman Rey de imposibles, Mesías de milagros y Príncipe de un reino que está en sombras perpetuas.

Hoy, aquí en ésta ciudad cuyo nombre no importa, he visto a varios jóvenes con un ejemplar de tu nueva novela. Hablaban emocionados de ti como si fueras únicamente un personaje. No se decidían por una frase en concreto. Estaban eufóricos por saber de ti, pero te veían como algo irreal. Eres una fábula, como yo, de un soñador que consigue sus grandes triunfos para ofrecerle al mundo un rayo de esperanza.

¿Y yo puedo tener esperanza? Dímelo, Lestat. ¿Hay esperanza para mí? ¿Sigues creyendo que sólo soy un espíritu vengativo? Ya no crees mi testimonio. Mi historia se convirtió en una bonita invención, una metáfora similar a la tuya para ellos, que te logró amedrentar tan sólo unos meses. Recuerdo como yacías en esa capilla con la mente perdida, convertido en una figurilla más en el altar, y ahora te veo enérgico y sabio. Quizás esos días te sirvieron para reflexionar, para no temer más, para dejar de llorar y convertirte en alguien más fiero.

Quizás sirvió para algo el encontrarnos. Tal vez moldeé en ti un espíritu más fiero, más firme en tus convicciones, y con una experiencia que te hace meditar cada noche si fue cierto o no. Sé que lo haces. Conozco bien cómo eres y aún mi nombre retumba en tu mente, golpeando las paredes de tu cerebro, susurrando que debes echar la vista atrás por si estoy ahí, entre las numerosas esculturas de los museos, observándote deseoso de echarte el guante.


De algún modo, Lestat, estaremos siempre unidos. Jamás podrá estar del todo seguro. Sé que tus pasos son medidos, aunque sigues siendo igual de irresponsable e irreverente. Nadie podrá obligarte a tomar medidas sensatas. Nunca tomarás verdadera conciencia de lo importante que puedes llegar a ser para el mundo.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt