Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 12 de enero de 2016

Maestro... intenta ser feliz

Armand ha decidido dejar claro lo que siente y yo lo apoyo.

Lestat de Lioncourt 


Debería ser sincero y escribir con fluidez todo lo que siento, sin remordimientos ni eufemismos. Dejando atrás, enterrados en un cajón de cartas sin leer, las metáforas que tan bien se te dan. Tendría que arrojar a las ascuas el tintero, la pluma y el papel. En realidad, debería escribirte en el rostro, con palabras directas y pronunciadas sin urgencia, cada sentimiento que brota de mi corazón.

Si hago memoria, o si mi memoria no fallara demasiado por todo lo perdonado, tendría que sentarme frente a ti, tomarte de las manos y comunicarte lo cretino que has sido éste tiempo. Sí, eso debería hacer. Pero no soy así. No guardo tanto rencor ni tanta ira, tampoco te guardo desprecio por las oportunidades no aprovechadas ni por los sueños quebrados. Las promesas pueden apolillarse si lo desean, como mis viejas alas negras mi todos esas sonrisas que esperé ofrecerte cuando no estabas.

Hay miles de besos cubiertos de luto, pues mataste las horas en las cuales pensé regalarlos. Enlutaste mis alas, tal vez como símbolo a lo que estaba por venir, y yo dejé que el difunto caminara por las ciudades con sed de caricias. Un difunto que llevaba mi nombre, mi rostro y mis pesadillas. Pero, nada más. Pues él y yo poco teníamos en común.

Hoy he decidido arriesgarme y confesar todos mis pecados, pues las virtudes deberías conocerlas. Confieso mi dolor, mi tragedia, lo que me enfurece y aterra hoy. Aquello que no puedo dejar atrás. Mi pecado eres tú. Pese a todo, pese al terrible dolor y rabia que siento cuando pronuncio tu nombre, caigo en la cuenta que todavía te amo. Me gustaría matar mis sentimientos, pero ellos son más fuertes que mis anhelos.


Sólo espero que puedas encontrar la paz que ansias, que puedas crear un mundo lleno de flores como tanto te gusta, y halles nuevas musas que lleven el rostro de aquel que te agita el corazón. Yo, por mi parte, caminaré en busca de un nuevo yo. Aceptaré al fin todo lo ocurrido y veré el mundo con una nueva paleta de colores.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt