Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 21 de febrero de 2016

Arte

Daniel muestra sus inquietudes.

Lestat de Lioncourt

La vida moderna ha creado diversas influencias en los vampiros. Lentamente ha generado cierto interés en los más antiguos como en aquellos que todavía pueden señalarse como jóvenes. No obstante la forma de vestir sigue teniendo gustos muy personales y provoca ciertas disputas con la moda actual. Hemos podido leer en numerosas ocasiones las discusiones internas que tienen algunos inmortales.

La ropa es algo muy personal así como los perfumes, joyas o libros. Cada época tiene un estilo y cada vampiro ha logrado plasmar en algún complemento lo que fue y seguirá siendo. Para Marius es aberrante llevar pantalones porque para él es algo “bárbaro”. Posiblemente jamás encuentre cómoda esa prenda pese a que suele usarlos. Algunos vampiros tienen mayor fortuna y logran encontrar prendas que se adaptan a su forma de ser, sentir y ver la vida. Lestat es quien mejor ha sabido adaptarse a los tiempos modernos usando chaquetas de cuero con tachuelas o gafas de sol bastante llamativas. Sin embargo, incluso él ha llegado a añorar las camisas de chorreras con elegantes encajes.

Pero, si no les importa, en ésta ocasión nos centraremos en la literatura. Para todo inmortal los libros son una fuente de cultura, información y ocio. Muchos de ellos suelen vivir aislados por algún tiempo, debido a problemas con el resto de la sociedad o porque se encuentran heridos. Hay autores que siempre les traerá grandes recuerdos y evocará a épocas en las que ellos eran humanos. Flavius, al igual que Pandora, sigue leyendo a Ovidio y dejándose arrastrar por  su concepto de amor. Por el contrario, Armand ha optado por probar autores que no habían sido próximos a él o que han influido en otros inmortales, así como en la cultura social, como es el caso de Shakespeare que es nombrado en sus memorias. Lestat ama la novela de acción e intriga quizás por su forma de ser tan intrépida e irresponsable, pero termina leyendo cualquier obra que tenga un estilo cultivado y pueda sacarle beneficios.

Si preguntas a un inmortal, sea cual sea, sobre literatura moderna verás que tuerce ligeramente el rostro. Estamos viviendo en un tiempo en que el dicho “cualquiera puede escribir un libro” es un hecho. Sin embargo que se pueda escribir no implica que el contenido sea agradable, importante o simplemente interesante para un ser que ha visto el mundo cambiar con sus propios ojos. Hay autores reverenciados que doblegan a nuestros compañeros, pero también hay otros que provocan la ira de muchos de ellos.

La música es también muy importante, por no decir imprescindible. Hemos podido presenciar el auge de la radio para vampiros, aunque los mortales piensan que sólo es ficción y una hermosa performance que los mantiene en vilo. Si bien ahí tenemos el piano de Sybelle y el violín de Antoine, así como las voces de los coros de “El Sabio”. Ya se sabe que “la música amansa a las fieras” y “calma las heridas del guerrero”. Pero no toda la música es apta para nuestros oídos. El rock no es apreciado para los más antiguos, salvo si es música proveniente de los aullidos de Lestat porque narran la historia que todos conocemos a la perfección. Todavía se recuerda y tararea las estrofas que animaron a Akasha y la hicieron despertar para convertir el mundo en un infierno aún más terrible.

Los gustos no cambian porque nosotros no cambiamos. Nos sentimos cómodos en lo conocido por mucho que capte nuestra atención. Terminamos rodeados de objetos que nos recuerdan a los buenos tiempos. Armand ha decorado su refugio en Nueva York como si fuese un palazzo veneciano. En cada habitación hay un pasadizo al pasado y al arte que predominaba aquellos tiempos, también posee dos hermosas bibliotecas plagadas de libros que ha leído en más de una ocasión. Es el vampiro que mejor se ha adaptado aunque cuando lo conoció Lestat era torpe, vestía casi como un cadáver recién salido de la tumba y era incapaz de relacionarse correctamente. Es un caso excepcional. Gregory también lo es pues ha logrado crear un imperio farmacológico y envolverse en un halo de misterio, lujo y paz. Sin embargo, el caso más llamativo será como el líder de una secta oscura y abominable, como era Armand, ha logrado cambiar hasta llegar a ser un empresario de éxito envuelto en viejos recuerdos que sosiegan sus heridas.


El ser humano no da la importancia necesaria a vestir como uno desea, como uno es realmente, porque desean ser aceptado en una sociedad que necesita gente que no piense por sí mismo, que no sea diferente, y que premia lo común. Las grandes empresas roban la imaginación a los jóvenes desde edades tempranas ayudados por una educación poco flexible. La literatura, la música y el arte en general se están convirtiendo también en puntos útiles para la uniformidad de la sociedad. En ocasiones el autor más vanguardista, aquel que es criticado hasta la saciedad, es mucho mejor que un autor de éxito que sólo crea libros para ser comercializados. El arte, pese al paso de los siglos, sigue siendo más puro cuanto más hambre y miseria pasa el artista. Tal vez es cierto que para ser amado, usado incluso por los inmortales, se precisa haber sufrido. 

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt