Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 28 de marzo de 2016

Bitácora de una bruja.

Este documento lo he tomado del ordenador de Mona Mayfair. He ido a buscar datos sobre ella, pero lo que aquí viene escrito es poco más de lo que ya sabía. Son sus impresiones antes de desaparecer su pista.

Lestat de Lioncourt


No sé todavía el motivo por el cual estoy escribiendo estas líneas. Creo que ya nada importa. No hay motivo fundamental para que esté tecleando frente a esta minúscula pantalla. Quizás es sólo nostalgia o puede que esté deseando ordenar mis pensamientos. No lo sé. Pero estoy aquí en plena oscuridad intentando hacer memoria de todo lo que ha ocurrido en los últimos dos años. Me he asegurado de estar en completa soledad, pues incluso he revisado cada cerradura como si los monstruos de mis pesadillas pudiesen colarse bajo la rendija de mi puerta o llamar al cristal de la ventana. No quiero que nadie me interrumpa.

Es extraño saber que tu pasado ha sido manipulado incluso mucho antes de ser siquiera un proyecto de vida, si alguna vez lo fui para mis padres, porque alguien así lo decidió moviendo los hilos de la historia para jugar con ellos como un niño travieso. Sé que los espíritus pueden ser terribles y que son capaces de cualquier cosa, pero él fue demasiado lejos. Manipuló la genética de toda una familia durante siglos para lograr volver a la vida. No quería volver como un ser común, como un humano vulgar, y se entrometió en los asuntos de nuestra “estirpe”. Ha generado una genética temible donde hay familiares enfermos, personas que jamás tendrán un aspecto común, pero también ha logrado crear monstruos hermosos y poderosos que se han alzado contra cualquier penuria. No somos seres normales. Celebramos la muerte como si fuese un banquete de bodas, cantamos en mitad de las misas de difuntos y aplaudimos las gracias de los espíritus. Llueve sobre mojado cuando un Mayfair muere. Hacía años que no lo hacía. Creo que es la primera vez que llueve de ese modo después que él perdiera nuevamente su cuerpo... ¿Quién? El mismo cretino que mató a mi tía, mi madre y otras brujas: Lasher.

Tenía trece años cuando me di cuenta que el árbol genealógico era demasiado extraño, las raíces eran profundas y las ramas se mezclaban unas con otras. Nadie me hacía caso siquiera en los negocios más sencillos, en los juegos del azar de la bolsa de Nueva York o Japón, ¿cómo iban a creer lo que una niña insolente, de una rama familiar de alcohólicos y filibusteros, decía? Sólo me tenía a mí misma y el silencio de mi bisabuela Evelyn.

En mis indagaciones jamás sospeché que “El hombre”, como así se le llamaba al espíritu benefactor de los Mayfair, que ya era una leyenda, un mito más, existía realmente y era el culpable de todo el caos que proporcionaba cuantiosos beneficios a las empresas del grupo familiar, así como a diversas inversiones y fondos en los que se había ido manejando la familia. Tampoco creí que ese ser fuese capaz de manipular a decenas de generaciones para encontrar la genética perdida. Nosotros jamás fuimos del todo humanos y él despertó lo que la mezcla con los “normales” había sepultado. Él era un antepasado familiar y había sido invocado por la primera Mayfair clara en la historia de nuestro árbol genealógico. Inconscientemente despertó a “El Impulsor” como se llamó en un primer momento, “El hombre” en tiempos más modernos y “Lasher” como hizo saber a Rowan Mayfair, quien fue la que lo trajo de regreso gestándolo en su vientre.

La genética de la cual estoy hablando es la genética “Taltos”. Yo poseo esos genes, también Michael Curry y nuestra hija a la cual llamé Morrigan. Michael Curry contrajo nupcias con mi prima Rowan sin saber siquiera que era un Mayfair. Lasher había logrado que Julien Mayfair, nuestro familiar más célebre y el único brujo con unos dotes tan soberbios, tuviese relaciones con una monja y esta diese a luz a una rama familiar nueva. Cuando Lasher nació secuestró a su madre, pues los Taltos son capaces de llegar a su “etapa adulta” en cuestión de horas y pueden reproducirse casi de inmediato. Los Taltos pueden tener hijos con brujas fuertes, pero la mayoría mueren en mitad de la gestación debido a que el cuerpo humano no está adaptado para un embarazo tan rápido y un parto tan complicado, o hembras de su propia especie. Él secuestró a Rowan para conseguir una hija a la cual tener como compañera... El incesto no es algo que sea novedoso en la familia, pues Julien tuvo hijas incluso con sus propias nietas que a su vez eran hijas suyas. ¡Nada fuera de lo común! Pues la primera hija de Julien, su primogénita, fue con su propia hermana. Así que no me asusté por saber que ese ser se había llevado a Rowan con ese fin, pero en aquellos días sólo vi a una mujer que dejaba a un hombre desecho y yo me entregué a él. Realmente lo hice porque lo deseaba, ya que él me hacía sentir querida y apreciada, y porque Julien me aconsejó que debía tener una bruja fuerte para la próxima generación. ¡Error! Por primera vez Julien Mayfair se equivocó y lo que tuve no fue una bruja.

Desde el parto he tenido complicaciones y varios abortos. Siempre he buscado tener más hijos para que el legado no se perdiera ni me arrebataran el dinero de la herencia. Yo deseaba ser adulta y tener dinero para buscar a mi Morrigan, pero todo ha concluido al fin. Pasé penurias durante años hasta que conocí a Tarquin Blackwood y poco después volví a tener un aborto. Desde entonces y hasta hace unos meses me he encontrado atada a un hospital. Durante dos largos años he estado escribiéndome con él y luego se cortó la comunicación por un año más. Él se fue de viaje unas semanas que terminaron siendo años. Se marchó aterrado por un ser extraño que lo perseguía y un fantasma que no lograba alejar. El ser resultó ser un vampiro sin género ni sexo definido y el fantasma su gemelo fallecido a las pocas horas de nacer. Quinn, mi hermoso Tarquin y caballeroso Abelardo, tenía miedo de ser acusado por los poderosos brujos que me custodiaban pero logré escapar.

Como he dicho en líneas superiores hacía años que no llovía de este modo. Allí donde mi coche se movía llovía, el suelo se empapaba y el cielo parecía quebrarse sobre mi cabeza. Sé que Lasher está vivo, es un fantasma que sigue presente, aunque Michael acabara destruyéndolo y enterrándolo en el jardín bajo el árbol que tenía tallada su firma “Impulsor”. Sé que lo está. Yo era una bruja fuerte y formidable y estaba a punto de morir, pero un poderoso vampiro me convirtió: Lestat de Lioncourt.


De Lestat no hablaré demasiado porque existen numerosos libros donde él aparece narrando su biografía y sus siguientes aventuras. Sólo diré que gracias a él, y su determinación, así como a Tarquin y mis ansias de saber sé que mi hija está muerta y el hombre que se la llevó también. Ambos eran Taltos, ambos tuvieron una isla llena de hijos y acabaron asesinados por la ambición de su descendencia y del propio ser humano. Tengo tres nietos... suena extraño ¿verdad? Sólo tengo dieciocho años y poseo tres nietos, pero también es extraño decir que soy vampiro y que viviré para siempre.  

Esta noche me largaré lejos con Quinn. Nos vamos a buscar mayor información ofrecida por los vampiros más antiguos que existen. 

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt