Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 3 de noviembre de 2016

Memnoch

Bueno, alguien que me cree... ¡Aunque sólo sea un poco!

Lestat de Lioncourt 



Siendo totalmente sincero me sentí anonadado el día que Lestat me sugirió que el demonio quería llevárselo al infierno. Creí que era una especie de broma pesada. Hasta el momento ambos habíamos mantenido una postura atea, tal vez algo defensiva, hacia la figura de una entidad todopoderosa que rige el mundo. Sinceramente, estuve a punto de echarme a reír. No obstante vi sus ojos, y en ellos pude contemplar el horror.

Cuando era muy joven vi a Dios y a Lucifer discutiendo en mitad de una cafetería de París. Pensé que era algo simbólico y esa simbología la busqué infatigablemente entre los muros de la orden. Fue ese suceso el que hizo que comenzara a indagar suceso por suceso, batiendo un duelo con la cordura, para hallar una respuesta que se hizo desear y que aún hoy nadie me la ha concedido.

Jamás he creído en dioses bondadosos, pues siempre he creído que de existir dioses serían terriblemente crueles como los humanos. Sí, creo en deidades humanizadas y no gigantes asombrosos. Por eso, cuando regresó sucio y sin un ojo, absolutamente perdido, tuve que escucharlo. Me hablaba de un Dios que había cometido errores, que poseía soberbia y que sus ángeles habían pecado alguna vez de envidia.

Él me advirtió que dudaba que fuese el primer invitado por este al infierno. Hablaba entre delirios de cientos de invitaciones, a todas las almas humanas posibles, y en busca de diez inmaculadas criaturas que poder llevar ante Dios. Porque esa era la misión de Lucifer, el cual se hacía llamar Memnoch. Tenía que cumplir un pequeño castigo, y era demostrar que no era un soberbio ni un iluso al declarar que había almas que merecían estar en el cielo, pero que Dios desechaba por el simple hecho de no creer en su palabra.


Redacté cada palabra de este libro, así como he hecho de otras tres biografías. No me siento del todo orgulloso porque implica dolor y sufrimiento para un viejo amigo, el cual inclusive es mi creador. Sin embargo, es la primera vez que logro contactar con alguien que vio un ser similar a que yo escuché discutir con Dios. Además, la conversación en París giraba entorno a almas rescatadas, al juicio que Padre Todopoderoso tenía sobre la humanidad. No recuerdo sus palabras exactas, pero he refrescado la memoria.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt