Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 5 de febrero de 2014

En silencio junto a Lydia

Bonsoir

Arjun quiere dejar en claro que ama Pandora aunque ella esté distraída. Un amor sin condiciones ni cadenas. Pandora para él es una musa y una pasión extraña que no quiere apartar de su mundo. 

Lestat de Lioncourt. 

En silencio junto a Lydia


Se hallaba a su lado terminando de escribir algunos documentos. Siempre se distraía en tareas aparentemente para nada complejas. Decidió que esa noche describiría sus emociones en una hoja de papel y aunque nadie más las leyera sentiría un peso menos en su alma. Ella estaba a su lado, a pocos metros, con un libro entre sus manos y cómodamente recostada en el sofá lleno de cojines forrados en seda. Su cuerpo era hermoso y tan atractivo como el de una sirena o un ángel.

Pandora para él era un misterio aún hoy. Por mucho que conocía sus deseos o inquietudes, algunas muy extrañas y otras muy simples, no lograba encajar jamás todo en un único rompecabezas. Era misteriosa porque era inquieta y jamás estaba callada por demasiado tiempo. Aquella mujer, su creadora y compañera, era alguien que no perdía la ocasión de indagar, preguntar y compartir. Una vez dijo que no sabía lo que era amar, pero él había descubierto que era el amor gracias a ella.

—¿Es interesante tu libro?—preguntó sin alzar la vista del papel.

—Hay historias que siempre se repiten pero con otros protagonistas y frases. Pero este libro tiene momentos muy intensos ¿lo sabías? Creí que nadie escribiría algo bueno sobre la época dorada de Roma—él se giró para verla y ella apartó la mirada del libro sonriendo cómplice. Ambos amaban esos momentos porque eran simples y podían tenerse de forma cotidiana. Tener a alguien para conversar sin discusiones ni malas caras era agradable para ella, relajado y cómodo.

—Después déjamelo—respondió dejando la estilográfica a un lado.

—Por supuesto. Siempre lo hago—dijo regresando a su lectura como si fuera una simple mortal.


En el papel Arjun había escrito lo hermosa que podía ser y lo encantadora que se veía con aquel libro entre sus manos. Dejó allí sus sentimientos más románticos y sus ilusiones más ardientes, pero luego lo dobló y dejó en el cajón para tan sólo sentarse a su lado observando como leía. A veces era mejor no decir todo lo que sentía a cada momento y ser tan sólo las caricias suaves sobre sus piernas cansadas o el silencioso acompañante.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt