Bonsoir mes amis
Mi hermanito, Tarquin Blackwood, me ha pedido que hoy quiere entregaros esto para que podáis leer cuanto ama a Mona Mayfair. He decidido que sea el primero en abrir nuestras secciones de texto en el Jardín y por lo tanto el primero en abrir el día.
¡Disfruten!
El amor se olvida cuando no se recuerda
la sensación mágica del primer día. Aún viene a mi mente tu
rostro aniñado, redondo y salpicado de pecas. Tu pequeña nariz
parecía perfecta y encajaba en tus pómulos marcados pero suaves,
tan suaves como la piel que te envolvía y los lazos que adornaban tu
cabello de fuego. Pequeña, casi diminuta, si te comparo conmigo que
soy un torpe gigante. Tus ojos verdes eran lo más llamativo, pues
parecían ser dos hermosas gemas. No puedo olvidar porque ese día
supe que tú serías la mujer con la que compartiría todo.
No pretendo ser un príncipe que te
rescate de los monstruos, pues yo mismo lo soy. Sólo quiero
sostenerte entre mis brazos, acariciar tu cabello y besar tu cuello
con dulzura. He perdido la cuenta de mis sonrisas desde que te
conocí. Te has convertido en la única mujer que quiero a mi lado,
pues me ofreces una felicidad que hace temblar mis cimientos.
Todo lo que necesito para ser
inmensamente feliz eres tú. Sin ti las noches parecen vacías, como
si el cielo hubiese perdido sus estrellas y la propia luna. La
tranquilidad del silencio que me rodea cuando no escucho tus tacones,
tu risa o simplemente el tecleo de tu ordenador es terrible. Eres la
mejor música que puedo tener, pues tu melodía me recuerda a una
canción de amor.
¿Olvidar este amor? ¡Jamás! No puedo
olvidar algo que rememoro cada noche con una pasión desconocida.
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