Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 22 de julio de 2014

Carta de los infiernos

Me ha llegado ésta carta de Memnoch, aunque ya ni siquiera sé quien es realmente. Aquí lo dejo. 

Lestat de Lioncourt 



Observar, sin involucrarse, es un trabajo tedioso. Ser el mensajero de las mentiras de otro, así como de sus verdades, para salvaguardar sus planes, y algunos de sus proyectos más miserables, te transforma en una pieza más de un gigantesco tablero donde ni siquiera tú vales más que un peón. Aprendes a interrogarte cada decisión en silencio, caminas entre las sombras con inquietud y contemplas tus manos impotente. Tu alma se vuelve retorcida cuando palpas su poder y ansias tenerlo para atacar sus normas. Quieres libertad, siempre la deseas. Te has convertido en un monstruo con el aliento de mil dragones, pues cada frase es fuego y provoca la ira de tu creador. En eso te convierte pensar. Dios quería que fuésemos libres para pensar, pero no que fuésemos inteligentes para motivarnos entre nosotros. Él tiene un plan para todos y cada uno de nosotros, pero ¿qué sucede cuando no nos agrada ese plan? ¿Se puede revertir?

Recuerdo el peso de mi túnica celestial, como mis cabellos se soltaban mientras abría mis brazos, y podía escuchar el sonido del “paraíso” que se abría paso bajo nuestros pies. Nos conmovíamos con el canto de los pájaros, pese a que tenían alas y eso nos hacía sentir ofendidos, el sonido del agua discurrir por entre las rocas y finalmente nos aterramos por la ambición derrochada en unos rostros tan perfectos. Cuando tuvimos al primer ser humano frente a frente fue como mirarnos a un espejo.

La grandeza de Dios está en sus deseos de jugar como si fuera un niño. No tiene límites, no tiene control, y debes aceptarlo. Somos su reflejo, aunque lo detestemos. La bondad y la malicia provienen de él, a pesar de todo lo que te han hecho creer en los templos. De él proviene la oscuridad y la luz, al igual que yo no soy la maldad. He visto seres humanos con el corazón de piedra, tan podrido y oscuro, que se ha convertido todo en todo un reto de salvar.

Yo no deseo salvar al ser humano porque me hayan impuesto ese trabajo, sino porque ambos somos lo mismo. Vosotros y yo estamos hechos por las mismas manos. Deseo dar la oportunidad que yo no tuve, permitir hacer las preguntas pertinentes y dar una verdadera libertad. Yo no soy quien os incita al pecado, el pecado está en vosotros y la llamada no proviene de mis labios. El susurro que sientes cosquillear en tu nuca es parte del juego. Quien ruega por vosotros, pecadores, soy yo y siempre seré yo.

El demonio posee mil formas, pero no mil engaños. Puedo aparecer frente a ti como hombre, mujer o niño. Soy el ángel que recolecta almas para enviarlas al paraíso, pero si estás contaminado sólo puedo llorar por ti. Tal vez nos veamos pronto, lejos de mi reino, donde mi disfraz puede llegar incluso a parecerte deseable. Sin embargo, no hay mejor que ese que tanto ridiculizáis con cuernos, patas de cabra y dientes, además de uñas, afiladas. Nos veremos, queridos míos. Vendréis conmigo, caminaréis por el valle de las sombras, sentiréis el dolor que yo siento y el calor que siempre me acompaña. Borraréis con sufrimiento todo el daño que habéis hecho y rezaréis por ascender como todos lo hacen. No hay ninguna religión cierta. No hay nada cierto en vosotros salvo el instinto. Liberaos, elegir y aceptar las consecuencias.


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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt