Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 24 de agosto de 2014

Mi última esperanza

Sí, sí. Otra carta del diablo. ¿Creen que le haré caso? NO. 

Lestat de Lioncourt 


Había observado sus peripecias durante años. No había nada que se escapase a mis dominios. Poseía una astucia típica de un héroe, junto con su torpeza. Sus ojos siempre me han llamado poderosamente la atención. Tiene una mirad altiva, pero profunda. Creo que me sentí reflejado en su forma de vivir. Sus continuos pensamientos sobre Dios, la bondad y la maldad, la búsqueda de la verdad y también su rebeldía ante las reglas impuestas, ya que no acepta nada que no haya meditado antes, me resultó tentador. Quería igualar mis fuerzas, comprender su mente y atrapar su alma para que siempre estuviera en mi compañía, complaciendo mis deseos. Supongo que mi fascinación provocó que olvidara por completo que lo amaba rebelde.

Juro que no deseé jamás asustarlo. Aunque fue bastante divertido observar como su rostro se deformaba entre la sospecha, el terror y el pánico. Si bien, es la imagen que me han dado. Tengo ese aspecto porque cumplo la condena de mis actos. Todo tiene consecuencias en ésta vida y supongo que querer saber la verdad, por dura que sea, te convierte en un monstruo a ojos de todos. Sólo quería mostrarle todo lo que yo conocía y tomara posiciones. El mundo es demasiado gris y triste, casi humillante, cuando te percatas que sólo es un tablero de ajedrez y que la mayoría de las piezas son simples peones.

Las religiones son palabras mojadas que parecen saciar la sed en el desierto. Muchas personas toman la palabra “divina” que hay en sus páginas como una verdad irrefutable. Sin duda, es descabellado. Sin embargo, es común. No sólo hay radicales islámicos, también judíos y cristianos. Cientos de sectas a lo largo y ancho del mundo. Gente militarizada, inclusive, que apunta a otro en la nuca porque tienen un dios distinto es de locos. Yo sólo deseaba que él mostrara la verdad. Necesito recaudar almas para Dios, o mejor dicho necesito que asciendan a los cielos y no tener que recuperar una a una en el sheol.

Me he convertido en un maestro que castiga con el rostro hacia la pared. No obstante, yo fui algo más. Soy un ángel. Me mostré como tal ante Lestat y éste tomó el atrevimiento de dudar. Yo también lo hubiese hecho, sin embargo pensé que lo había logrado. Él estuvo a punto de aceptar todo lo que había visto. Sus ojos brillaban como los de un cuervo ante un pequeño tesoro. Pero no fue así. Huyó de mí.


Mi amor por él aún existe. Sigo persiguiéndole. Susurro en sus mañanas palabras de amor. No puedo dejar de pensar que es perfecto para llevar sobre sus hombros parte de mi peso, pues me siento Atlas. Sí, el mundo está en mi espalda y yo ya no puedo siquiera volar con mis alas. Dios sabe que lo he intentado. Fue mi último acto de rebeldía. Quemé con él el último cartucho.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt