Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 22 de septiembre de 2014

El amor en tiempos difíciles

Ah, Michael. Él quiere proteger a nuestra bruja. Rowan es nuestro gran amor, nuestra pasión, nuestra mujer... la mujer que amamos. Yo le apoyo. Si hay que cuidarla ahí estaremos luchando.
Lestat de Lioncourt



El amor no se busca, él te encuentra. He aprendido la lección en cada ocasión en la cual he apostado demasiado. Mi corazón se fue debilitando, convirtiéndose en un mero instrumento de latidos. La vida era amarga y con irrelevantes acontecimientos. Conocía la esclavitud diaria de mis obligaciones eran eslabones nuevos para que los arrastraras. Y en un abrir y cerrar de ojos, como si fuera un simple pestañeo, me encontré a su lado rumbo al altar.

Los días han volado en el calendario, la felicidad no se ha consumado y la tranquilidad parece que jamás llegará. Aún así, cuando la contemplo, conozco el amor. He llegado a comprender lo importante que es el amor, su fuerza y coraje, rugiendo desde las entrañas de mi alma. Aprendí a amar a su lado. Un amor sin límites llenos de comprensión y dedicación, cargado de silencios y miradas.

El amor es parte de la vida. Está en nosotros. Aprendemos a amar desde la cuna, pero lo olvidamos. Nos llenamos de odio, pesares, pesadillas y desmotivaciones. Nos alejamos de los sueños, la fantasía y el amor. He visto tantas cosas que no deberían ser posibles, así como escuchado las voces de los muertos. Vivía como si fuera un muñeco de vudú tirado en el suelo, sin vida, esperando que alguien activara mi poder. Estaba atrapado como Alicia en el espejo, esperando que alguien me ayudara en mi travesía buscando el mundo en el cual debía estar. Nací pobre, crecí como un muchacho con talento pero sin mucho futuro, me labré con mis manos uno y terminé siendo recompensado. Pero las riquezas no alimentan el alma, sus besos sí. Los besos de la mujer que amo.

Una casa, miles de pecados, siete demonios sentados alrededor de una mesa y una puerta que se abre. El jardín de las maravillas se convirtió en un edén salvaje, lleno de sangre y esqueletos danzantes, que aún silbaban cánticos alabando la vida. Aquí, donde todo es posible, encuentras las verjas torcidas cargadas de dondiegos y jazmines, rodeando los altos y blancos muros de la mansión, recordándote que es el palacio perfecto para los espectros que quieren seguir viviendo.

Cada noche suena el victrola. Siempre empieza con la misma fatídica melodía. Los cuadros parecen atravesar tu alma, te seducen con sus sonrisas y te recuerdan el pasado familiar. El sonido de las botas contra el suelo, las paredes vibrando por la música, el chapoteo de la piscina y ella en silencio con los ojos más tristes que jamás haya podido ver. Firme, resuelta, y con una capacidad indómita para luchar. Desde que la conozco todo ha girado entorno a cientos de misterios, los cuales aún surgen de la tierra intentando alcanzarnos. El amor lo puede todo. Por eso creo en el amor. Por amor he matado con mis manos, esperado lo imposible y sufrido lo indecible. Ella es mi amor.

Se encuentra descansando en mis brazos, como cada noche, recostada sobre mi amplio pecho mientras la rodeo con ternura. He apartado algunos mechones de su cabello dorado, besado sus mejillas sonrosadas y acariciado ligeramente sus labios con la punta de los dedos. Tan hermosa y tan cansada. Una mujer que lleva una doble vida. Por un lado sus poderes como bruja y por otros sus talentos como neurocirujana. Yo sólo soy su guardián, con un martillo y un revolver, que reconstruye trozos de historia que puede ver imponiendo sus manos.

Ojalá el mundo jamás acabe, pues será entonces cuando acabe nuestro amor. Si ésta casa se derrumba nos derrumbaremos los dos. El uno con el otro, siempre. Ella me ama, y me necesita, hoy más que nunca.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt