Cada canción me recuerda a ella. Por
mucho que sintonice distintas emisoras y quiera concentrarme en los
acordes rock, sólo en los acordes, acabo fundido en cada letra
recordando sus brazos rodeando mi cuello, sus labios carnosos
sonriéndome de esa forma especial y ese misterio, tan profundo, de
sus ojos grisáceos. Teníamos una química explosiva. Ella me
comprendía mejor que cualquier otro, pero nos sumergimos en un mundo
demasiado complicado. Volver atrás, pedir disculpas, arrodillarme y
jurarle que cambiaré no va a servir. Ella sabe que yo nunca
cambiaré. Siempre seré lo que soy: un irresponsable.
Disfruto al máximo conduciendo a toda
velocidad por las diversas autopistas del país. Aúllo las canciones
más populares, agito mi cabeza como un mortal adolescente en cada
semáforo e incluso imito el movimiento de tocar una guitarra. Soy
sin duda lo más alocado y extraño que ha conocido. Ella para mí es
un milagro que ocurrió iluminando la noche.
Admito mi error de dejarla atrás, pero
acepto que yo no podía cuidarla. Soy un desastre. Si hubiese
permanecido conmigo, y con esa terrible voz en mi cabeza, habría
terminado posiblemente enloqueciendo. No podía permitirme ese lujo.
Debía apartarla de mí para salvarla. Fue mi único acto heroico que
realmente mereció la pena. Un acto que ni siquiera ella sabe.
Posiblemente ya sólo sea un sueño, algo que nunca ocurrió.
Me pregunto muchas veces qué estará
haciendo. Actualmente me encuentro en Auvernia, sentado en mi viejo
despacho con las botas de montar sobre la mesa. Me siento como el
jovencito que quería arreglar el mundo, ser alguien en la vida, y
sacar pecho en la familia. Por eso mismo, porque me siento de nuevo
como el muchacho rebelde y descuidado, pienso en todos los fallos que
he cometido. Uno de ellos fue no explicarle todo el amor que le
tenía, y que aún tengo, por cobardía y por deseos de protegerla.
Sé que debería escribirle una carta,
¿pero de qué serviría? Posiblemente ni la leería. Estoy seguro
que alguien de su familia se encargaría de esconderla, destrozarla o
simplemente creería que es una broma de su imaginación. Rowan fue,
como he dicho, algo importante para mí. Algo que nunca podré
comprender del todo y que jamás dejaré de amar.
Lestat de Lioncourt
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