Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Sueños

Arjun despertó y dejó algo para Pandora. Algo más que una carta. 

Lestat de Lioncourt 


Soñar. A veces uno sólo quiere soñar. Los sueños son frágiles burbujas donde nos aislamos de la realidad, el pasado y presente, intentando no proyectar nuestro miedos en el futuro. Sin embargo, hay sueños terribles que se convierten en pesadillas que nos engullen para siempre. Cientos de nosotros han decidido dormir durante décadas. Desde los más jóvenes hasta otros que han vivido grandes tragedias. Siempre ocurre. Hay un punto en la vida de un vampiro que le influye provocando que quiera dormir, ocultándose de otros y de la vida misma.

Era joven, indeciso, caprichoso y aburrido de la vida que llevaba en palacio. Estaba a punto de contraer mi matrimonio y ser un digno heredero. Un joven príncipe que debía tomar las riendas de su vida. Si bien, a pesar de ser educado para obedecer a mi padre y llevar a mis súbditos al bienestar, sólo pensaba en viajar y conocer grandes mundos, mucho más inmensos que en el cual me movía. Soñaba despierto aferrado a la barandilla de mi balcón, mirando el horizonte y oteando cada una de las estrellas que resplandecían como si fueran auténticas joyas.

Creo que mi capricho de ser libre la llamó.

Conocí a Pandora en el momento justo en el cual mi vida empezaba a perder sentido. Ella le dio uno mágico y tan vulgar como la muerte. Ser un asesino para vivir eternamente, viajando por tierra y mar. Disfrutaría de un legado eterno y una sabiduría que nunca podrían arrebatarme. Además, me quedé prendado de su fuerza.

Fue así como acepté caminar a su lado, ser parte de ella y que ella formara parte de mí. Quería ver los mundos que podía ofrecerme. Deseaba amarla sin límites. Y el amor, ese sentimiento puro que nació al fin de mi corazón, la asustó. Me temía porque mi amor era distinto al que había conocido. Era un amor sincero, entregado y que no buscaba retenerla. Sólo quería ver su felicidad reflejada en mis ojos. Creo que por eso huyó. Ella no estaba preparada para amar. Deseaba compañía, pero no un amor que la arrastrara a un estado tóxico como el que encontró junto a Marius.

En mis sueños la encontraba inmersa en libros, tarareando canciones o simplemente gozando de nuevas experiencias. La contemplaba vestida con las mejores telas, cubierta de oro y joyas preciosas, pero finalmente se convirtió todo en humo. Pude haber despertado antes, pero el saber que en mi terrible realidad no la encontraría, ni era feliz sin mí o conmigo, me condenó a intentar quedarme sumido en mis hermosas divagaciones.


Ahora es distinto. Camino a su lado y veo un nuevo anochecer. Hay que seguir viajando.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt