Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 25 de enero de 2015

Amistades extrañas

Petronia ha querido hablar de Manfred. Hay amistades raras y luego esta...

Lestat de Lioncourt


Un golpe del destino. Uno tras otro. Como si fuera un combate a muerte y yo fuera el muerto. El que caerá en la arena abatido, sin aliento, sin tiempo y sin destino. Eso fue. Un golpe que se convirtió en soplo de aire fresco. Uno que no me tumbó, pero me hizo cambiar. Golpe tras golpe, portazo tras portazo, llegué a convocar a la caja de Pandora y la abrí. Comprendí entonces que necesitaba mi espacio, mi mundo, mi verdad y mi divertimento. Él sería mi marioneta, mi experimento, mi verdad y mi secreto. Fue un golpe, como he dicho. Nada más que un golpe.

Era un alma perdida. Ni sé porque ayudé a ese inútil. Quizás porque siempre me sentiré culpable por todo lo ocurrido con el Vesubio y Pompeya. Vi arder a cientos, mi mundo quedó sepultado bajo capas de lava ardiente y se ocultó durante siglos al ojo humano. Era como si todo lo que había vivido quedase perdido, como un vestigio de un sueño que nunca debió existir. Entonces, tal vez, por eso no me negué a colaborar con un inútil que se ahogaba en los charcos de Nápoles.

Ese estúpido e inocente muchacho se convirtió en un hombre, rico, poderoso, con el nuevo mundo bajo sus pies y una enorme mansión donde hacer de las suyas con su encantadora mujer. Yo sólo necesitaba un lugar donde mantenerme oculta de Arion, mi maestro, durante algunos días al año. La convivencia entre mortales es tirante cuando pasan los siglos, se vuelve monótona, y yo no quiero dejar a quien ha sido, y será, por siempre mi nexo de unión con mi lado mortal, soñador y vivaz. No deseo dejarlo, pero me canso. Él me dio ese golpe de efecto, ese soplo de aire fresco, aceptando que me quedase en sus nuevas tierras y de ese modo, como no, vincularnos para siempre.

Recuerdo la noche en la cual apareció. Estaba más viejo que nunca. Apestaba a muerte. Pude ver el miedo en sus ojos. Balbuceaba algo de un pacto nuevo. Él se quedaría a mi lado, haciéndome compañía y siendo los ojos donde yo quisiera, a cambio de una vida inmortal plena. No quería morir, pues sabía que iría derecho al infierno sin su Virgnia, su primera y única mujer.


Debí rechazarlo, pero me pudo el sentimentalismo barato. Y por eso, ahora, soporto a dos idiotas jugando al ajedrez.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt