Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 18 de febrero de 2015

Mi Deirdre...

Lasher otra vez. Otra vez, sí. Él se lamenta esta vez por Deirdre. La verdad es que la trató bien, aunque en parte tuvo la culpa de su estado.

Lestat de Lioncourt


Aquí estoy. Deja que te guíe. Las flores ya germinaron, ¿las oliste? ¿Puedes hacerlo? Obsérvalas. Son muy vistosas. Mira el jardín, Deirdre, mira el jardín. Hay más flores que cuando eras una niña, ¿recogerás flores para mí? ¿Serás buena niña? He estado a tu lado desde la cuna, meciéndola y susurrándote lo hermosa que eras. Puedo ver en ti aún esa belleza, como en estas flores. ¿Por qué no tomas un ramillete? Ensalzarán tus mejillas sonrojadas. Hermosa mía, dulce romance de verano, la primavera cubrirán tus pies y jamás sentirás miedo.

Amor mío, hermosa mía, te estoy llamando. Ven conmigo. Te coronaré como la diosa de mi jardín. Este jardín. Subiremos al árbol, veremos más allá de la cancela y correremos por las calles sobre las grietas de las baldosas, sintiendo el asfalto duro y áspero, mientras los coches tocan el claxon y las luces de la mañana bailan en tus ojos.

No temas. No guardes silencio. Puedes guitar. Debes confiar. Nos abrazaremos en mitad de ninguna parte y nos besaremos en tu dormitorio. No importa donde vayas, pues me llevarás contigo. Toma mi mano, por favor, y sigue el camino. Corre por entre los coches, vuela sobre los pasos de cebra y detente frente a la iglesia que fue tu condenación.

Pecado, eso escuchas. Pecado, eso crees. Pecado, te dicen. Tú, que eras tan libre, te has convertido en un ser atado a una cuerda y pastillas. Por eso, amor mío, sigue soñando que yo te llevaré de paseo por el jardín. Te conduciré a la locura más deliciosa y tus ojos, esos ojos de cielo, serán parte de la bóveda que cubran nuestras cabezas.


¡Oh, amada mía! Jamás dejarás de ser mi amada, mi adorada, mi niña... mi bruja.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt