Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 20 de mayo de 2015

Luchando por la vida

Creo que hay que tomar el ejemplo de Michael y luchar siempre. 

Lestat de Lioncourt


Recuerdo el sonido de la pala clavándose en la tierra, levantándola y arrojándola a los pies de las raíces del árbol. Las ramas se agitaban por el viento y la lluvia. Mi camisa estaba empapada de sangre, sudor y agua. Aquella noche parecía más salvaje y desapacible que nunca. Ahora comprendo que él lloraba. Lloraba por su miserable destino, por el dolor que había causado y la miseria que nos había arrojado con la codicia y el egoísmo que demostró. Su cuerpo cayó como si fuese un muñeco, su cabeza rodó hasta la fosa quedando lejos de sus hombros y le quité la esmeralda que llevaba prendida en el collar.

Maté y enterré a mi hijo de la forma más criminal y bruta posible. El martillo quedó en el sendero cercano a la casa. Dentro estaba ella arrojada en la cama, como si fuese la Bella Durmiente, esperando un milagro. También había otros cuerpos, pero el único que quería enterrar era el suyo. No sé porque me empeñé en tenerlo cerca. Quizás parte de mí sentía lástima por su miserable destino. Tal vez llegué a perdonarlo, pues soy un hombre cristiano y creo en la redención de las almas. Sin embargo, sé que su alma sigue torturándose buscando la felicidad que no halló en sus escasas vidas.

Con el rencor no se puede vivir. Tampoco con el miedo y el odio. Debemos deshacernos de esas cargas y aceptar el dolor que nos causaron otros, ese que nos dejó terribles cicatrices, como una experiencia que nos hizo más fuertes, valientes y sabios. Debemos aprender del fracaso y el horror. Tenemos que mantenernos en pie librando un pulso con la vida. Eso es lo único que puedo decir cuando echo la vista atrás, miro por la ventana y observo la fosa donde yacen sus huesos. En más de una ocasión he dejado alguna flor, aunque no sé si en mi nombre o en nombre de Rowan. Lo desconozco.

El jardín ya ha florecido hace varias semanas. La primavera ronda cada rincón. El césped está crecido y pronto tendré que hacerme cargo. La casa sigue en nuestro poder. Es como un símbolo de nuestro dolor, pero también de la felicidad que yace entre los fuertes muros de nuestro hogar. Pues puedo llamar hogar a la casa que ambicioné y amé cuando era un niño. Puedo hacerlo. Llevo viviendo casi dos décadas en éste lugar, observando más allá de la verja que una vez fue un terrible impedimento.


Hemos superado grandes tragedias. Ambos hemos enterrado a nuestra propia sangre. Pero en estos momentos todo parece ser más firme. Sólo hay que luchar y no decaer.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt