Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 21 de julio de 2015

Folios para pensar

Pandora es una gran mujer, aunque siempre está en un segundo plano. Es formidable. Si vas y hablas con ella descubres muchas cosas... tantas que te harán dudar del mundo. 

Lestat de Lioncourt


Todavía intento asimilar lo ocurrido. Hay muchas cosas que ahora tienen sentido y encajan como pequeñas piezas de un gigantesco rompecabezas. Estoy sentada frente a un montón de papeles en blanco, he sacado del cajón del olvido la pluma que me regaló David y me dispongo a escribir todo lo que siento en unas resumidas líneas. Unas líneas tan breves como intensas. Mi historia ya la conté. No tengo nada que aportar a ésta. Sin embargo, hay cosas que ahora cobran un especial sentido y confieren una forma distinta.

Hace mucho tiempo encontré a un ser que se lamentaba y mi temperamento, como mis palabras, le ofrecieron un deseo manifiesto de superarse. Jamás pensé que pudiese influir de ese modo en otro ser. Si bien, él era Gremt y acabó formando la Orden de la Talamasca que ha estado vigilando el mundo gracias a él y sus dos compañeros. Mi historia está unida a esa orden, del mismo modo que me siento obligad a unirla a Maharet.

Conocía a esa mujer. Una mujer poderosa, pero con gestos amables y sencillos. Tan sólo deseaba ver prosperar a los que había dado la vida, aunque fuese con la simiente de su pequeña hija a la cual jamás pudo volver a tener entre sus brazos. Maharet era admirable. Respetaba sus palabras y admiraba su sed de conocimiento. Lamento mucho su pérdida. No pude hacer nada para salvarla, pese a ser ella quien nos salvó de Akasha.

Hace tiempo que no poseo sueños extraños como los que me sobrecogían cando era tan sólo una mortal. Tampoco siento la necesidad insaciable de dar respuesta a todo lo soñado. Pero hoy, como hace mucho tiempo, he dormido rodeada por los fuertes brazos de Flavius mientras Arjun recitaba un viejo poema en su idioma natal. Me siento como una niña tonta que llora por el dolor ajeno, pero ese dolor ajeno lo siento como propio. No he podido evitar derramar más de una lágrima por aquellos que ya no están, ni sentirme decepcionada por mi escaso papel en ésta nueva debacle. Sólo he podido perdonar, aceptar, sufrir y mirar con esperanza los nuevos tiempos que caminan hacia nosotros.

Me siento afortunada de estar viva y de conocer la verdad que aún estaba oculta. Todavía, a día de hoy, me cuestiono tantas cosas y deseo comprender tantas otras que se me hace impensable imaginar qué hubiese sido de mi alma al perecer a temprana edad. Agradezco de sobremanera que Marius me diese la vida, pero que él me la diese no significa que yo deba rendir cuentas de mis actos. Aún así, él espera que me persone frente a él y pida disculpas por las discusiones que hemos tenido, muchas de ellas iniciadas por él debido a su deseo de no doblegar su hombría. Jamás aceptaré sus preceptos, aunque conozco bien sus virtudes y talentos.


Si escribo estas líneas es porque necesitaba contarle a alguien mis emociones. Desde que me encontré con David, el cual para mí es un extraño y formidable vampiro pese a su juventud, no he dejado de escribir. Ahora es algo que necesito. Pero escribo para mí, para ordenar mis ideas y no olvidar quien soy.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt