Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 28 de julio de 2015

Tú, yo y los lirios

Gregory era un hombre noble y un gran guerrero. Fue amante de Akasha, como otros muchos, y se reveló contra ella. Ahora nos trae uno de sus peores pensamientos, de sus sensaciones más terribles, y a la vez un recuerdo que no se puede borrar.

Lestat de Lioncourt


Estaba frente a al espejo, observando su rostro una vez más. Desnudo, como en algunas ocasiones, observaba los estragos que el sol había causado en su piel. Volvía tener el bronceado habitual, el cual marcaba cada uno de sus rasgos y músculos. Allí, observando la oscuridad de sus ojos almendrados, suspiró. Miles de recuerdos se agolparon rápidamente, convirtiéndose en una vorágine de sensaciones imposibles de controlar. Tuvo que apoyarse en el borde del lavabo y respirar profundamente. Jadeó cerrando los ojos, inclinando la cabeza y encogiendo sus hombros.

Recordó. Un chispazo iluminó el pequeño rincón de los recuerdos y su cerebro se activó. Fue como un relámpago en mitad de la oscuridad. Ella vino a él, sensual y peligrosa, con una sonrisa seductora provocando que cayera nuevamente a sus pies como si aún estuviera viva, como si aún fuese real.

Fue un recuerdo breve, pero le agitó. Quizás eran los viejos espíritus que aún recorrían el mundo, igual que los vampiros y las otras criaturas que eran examinadas por los detectives de lo paranormal, le estaba afectando. Ahora poseía un conocimiento mayor sobre los fantasmas y espíritus, cosa que le había hecho descubrir un nuevo mundo. Ella podía estar entre la multitud, quizás cargada de rabia y odio. Por ello, tembló. Temió la reacción de la Reina pese que era únicamente un recuerdo, un mal sueño y una marca en su alma.

Al alzar su rostro se miró nuevamente al espejo. Por unos segundos viajó al pasado. No era Gregory, el imponente magnate de un imperio farmacéutico, sino un joven guerrero que estaba siendo cotizado por la reina y sus deseos más primarios. Ella lo observaba como algo más que un trozo de carne, pues veía en él potencial. Admiraba su musculatura, la forma en la cual se deshacía de sus enemigos y la envolvía a ella bajo las sábanas de lino.

Pudo sentir sus uñas largas y eróticas recorriendo su vientre, viajando hasta las caderas y clavando sus uñas. Sus labios rozaron los suyos. El perfume que ella siempre llevaba consigo, hechas con lirios, volvió como un mal sueño y erizó el vello de su nuca. Si bien, fueron sólo unos miserables segundos.

Cuando recobró el hilo de sus pensamientos regresó a su lujoso baño de mármol, grifos de oro y productos delicados para perfumar su piel. De inmediato decidió tomar una ducha, pero la extraña sensación de volver al pasado, quedando seducido nuevamente por la mujer que una vez fue aquel monstruo que arrasó con todo, le hizo llorar y sentirse terriblemente confuso.

—Ah... querida... el poder te consumió y te convirtió en un lirio marchito—susurró abriendo la ducha y permitiendo que el agua tibia lavase su herida piel.



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt