Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 22 de septiembre de 2015

Al fin libre

Stella es de esos fantasmas que terminaron viniendo hacia mí, para presentarse como una niña adorable. Reconozco que tomé aprecio a los Mayfair, del mismo modo que entraba en pánico cuando uno se aproximaba a mí.

Lestat de Lioncourt


Las calles parecían menos terribles en mi época, como con otro encanto y un dulce desafío. Recuerdo el sonido de mis tacones por las avenidas, el olor de los jazmines y el dondiego llenando mis pulmones, así como el agradable frescor de las noches de verano. La ciudad tenía otro encanto. Las luces no eran tan llamativas y podían verse las estrellas. Todavía había misterio en el mundo.

Al llegar al viejo barrio francés iba cargada de intrigas, preguntas y necesidades. Compraba los útiles necesarios a las mujeres libres, las cuales habían nacido de padres que apenas sabían que era la libertad. La esclavitud se abolió, pero no la condena racial que aún los trataba como escoria. Para mí no lo eran. Mi familia siempre trató con educación y respeto a los esclavos que poseíamos, llegada la liberación de éstos fueron contratados con igualdad de condiciones que un ciudadano blanco. Ellas para mí eran inteligentes, inquietantes a veces, pero llenas de conocimiento que yo deseaba absorber. Sabía que algunas tenían lazos de sangre con los nuestros, pues mi tío Julien había decidido jugar demasiado a levantar las faldas, enamorar y engatusar a cualquier mujer que tuviese una chispa de belleza.

Allí, en los barrios más bajos, me encontraba como en mi propia casa. Solía bailar hasta altas horas de la noche, pero también tenía mis consejos. El vudú era importante para mí. Quería ayudar a Lasher a conseguir su objetivo, pues de ese modo sería liberada de su yugo y podría ir donde me placiera. Deseaba recorrer el mundo sin tenerlo a él a mi lado, susurrando sus perversas lisonjas y sus inquietantes versos. No quería escucharlo más. Deseaba conseguir un cuerpo para él, hacerlo material, y lograr así la liberación de mi alma. Si bien, no sirvió para nada.

Por mucho que lo intentara jamás logré que él consiguiera su maldito cuerpo. Ahora, tras más de un siglo, me siento cómodamente sobre las ramas de éste vetusto y antiguo roble. Observo la tierra cubierta de césped, flores y lágrimas. Ahí abajo, bajo una pequeña capa de tierra, yace su cuerpo junto al de la mujer que logró engendrar con su propia madre. Mi querida Rowan, mi bisnieta, sufrió lo indecible y casi muere tan joven como todas nosotras. Sin embargo, me divierte saber que él ha terminado condenado a un agujero y las brujas siguen celebrando sus fiestas cerca de la piscina, mi piscina, olvidándose del dolor y del yugo de un infeliz.


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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt