Lestat de Lioncourt
Tu dolor es mi dolor.
Tus lágrimas son mis lágrimas.
Soy la Alicia a través del espejo.
¿Recuerdas ese cuento?
Oh, lo recuerdas.
Tanto miedo, tanto dolor, tanta
mentira...
¡Crueldad! ¡Crueldad!
Pues así vivo, rodeado de ciegos que
dicen no ver y de sordos que escuchan demasiado bien lo que ocurre
tras la pared. Vivo entre miseria, basura de sentimientos, y
estercolero de penas. Estoy aquí, parado frente a ti, y tú no
quieres verme. Me temes, pero me necesitas. Me necesitas y me amas.
Sé que me amas. Algo en ti te dice que me observes con cariño y
piedad, pero ¿existe la piedad en mi corazón? ¿Tengo corazón?
¿Quién soy? ¿Sabes quién soy? Soy tu reflejo, juego contigo desde
hace tiempo y quiero ser como tú. Deseo que me muestres qué es la
vida y porqué todos parecen disfrutarla, aunque yo no sé porqué me
prohibieron saborearla. ¿Cuál es el motivo? ¿Acaso no merecía ser
como tú? ¡Oh! ¡Dolor y miseria! ¡Miseria!
Lloro... estoy llorando... mírame...
¡Lloro y tiemblo!
Necesito sentir el sol calentando mis
mejillas, dándoles color, mientras el sudor corre por mi piel y me
siento libre de ir donde desee. Pero no puedo. No puedo salir de ésta
ciudad. Ésta casa es mi lápida, la piedra angular de mi tristeza y
drama. Jamás sé lo que ocurre. Me desvanezco y tiemplo. Te necesito
tanto como tú a mí. Hazme caso, por favor, si crees en Dios sé
bondadoso y apiádate de mí. ¡No quiero dañarte! Pero te envidio
tanto... Desearía saber como se siente el roce de la camisa de
algodón sobre nuestro frágil cuerpo, el perfume refrescante en
nuestro cuello y esos besos cálidos de tu abuela. ¡Oh! ¡Maldito
seas!
Perdóname... No quería decir eso...
¡Perdóname! Yo no quería decir eso. Lo siento mucho. Lamento
haberte dicho algo tan terrible. Yo no soy malo. No quiero ser malo.
Nunca quise hacerte daño. Necesito comprender. Debo comprender. Por
favor, créeme.
¡Goblin te ama, Quinn! ¡Quinn!
¡Quinn! ¡Yo soy Goblin! ¡Soy Goblin! ¡Goblin! ¡Te amo, Quinn!
¡Quinn, tú me amas! ¡Yo sé que me amas! ¡Amor, Quinn! ¡Quiero
amor! ¡Amor! ¡Sólo quiero amor! ¡Compadécete de mí! ¡Quinn!
¡Quinn! ¡Oh, Quinn!
Soy el niño que falta en la cuna.
El ave que arrulla en la noche.
Mírame, mendigo tus abrazos,
aunque seas mi asesino, hermano.
Soy el espíritu que besa la luna
y que codicia el camafeo de tu broche.
Mírame, mendigo tu amor...
aunque no me tiendas tu mano.
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