Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 15 de noviembre de 2015

Haz bondad

Daniel Molloy me ha dado éste texto para subirlo a la web. Me ha pedido que lo hiciera urgentemente en éste día. Como periodista quizás sabe más que todos nosotros lo que es informar, transmitir y hablar a otros. Incluso yo me siento a veces saturado y no sé como explicar lo que siento, pero él sabe poner cada coma en su lugar.

Lestat de Lioncourt


Convirtieron el caos en religión y la religión fue absorbida de nuevo por sus inicios. La nebulosa rojiza que penetró, como pequeñas agujas, en el cuerpo de Akasha dio paso a una diosa peligrosa sedienta de sangre y poder. La misma diosa que cubierta de pecado, ambición y equívocos pensamientos creó numerosos guerreros para que extendieran su reino a lo largo de los senderos de arena, el refrescante Nilo y los diversos mares y océanos. Se convirtió en un monumento a la verdad absoluta, el poder y la belleza eterna. Venerada, amada y temida se encumbró como la única luz en la oscuridad.

Durante cientos de años fue tomada como emblema de una estirpe de condenados. Se ocultaba del sol para evitar la muerte, como si fuese una gigantesca plaga, de sus primeros soldados y descendientes. Los guerreros de la Reina Akasha se guarecían en gigantescos árboles, venerados como dioses de distintas tribus, impartiendo justicia entre los pecadores. Otros, como no, seguían caminando por el mundo, completamente sedientos y descontrolados, buscando un refugio para alzar su voz y ser temidos. Algunos iniciaron religiones sangrientas llenas de sacrificios humanos, como Azim, otros decidieron ser bondadosos y complacientes como Avicus. Cyril, por ejemplo, decidió rondar el mundo en busca de un destino, de algo que entretuviese su mente intranquila y su alma torturada, usando largos periodos de descanso bajo las ciudades que visitaba.

La primera Quema mató a muchos jóvenes, provocando que sólo los más antiguos sobrevivieran convertidos en huesos oscuros o piel terriblemente quemada. Ella fue expuesta al sol, mostrada como si fuese un objeto maldito que debe ser destruido, junto a su consorte, Enkil, durante todo un día. A lo largo y ancho del mundo cientos de hombres y mujeres, seres de la oscuridad, sintieron el sol como si estuviese bajo sus cabezas. Muchos gritaron en mitad de la noche, otros golpearon con rabia y dolor los gruesos troncos de los árboles, hay quienes intentaron calmar aquel drama hundiéndose en el mar... ¡La Sangre ardía! ¡Ellos ardían!

La segunda Quema fue cuando ella despertó. Un joven vampiro decidió mostrarle al mundo entero la verdad, un secreto que se había ocultado por supervivencia y miedo, a todos los demás que jamás habían escuchado tales testimonios. Se convirtió en un héroe, pero también en un proscrito. Muchos deseaban eliminarlo, pero la mayoría fueron sentenciados a muerte. La Reina Akasha, La Madre, lo protegía y se alzó como una fiera, igual que una leona protege a su cría, contra todo aquel que deseaba matar a su nuevo consorte, pues Enkil había perecido en sus brazos.

La vieja guerra volvió, la fe convertida en venganza surgió con fuerza y agitó los cimientos de ésta era tecnológica y ligeramente artificial. Los focos del escenario temblaron, estallaron y se convirtieron en el símbolo del desastre. Muchos jóvenes estallaban en llamas, otros corrían sintiéndose pequeñas hormigas que eran señaladas con una gigantesca lupa y miles, en todo el mundo, lloraban heridas, morían sin poder siquiera salir de su ataúd o despertarse de su largo y próspero sueño. El regreso de La Reina nos narró una historia de venganzas palaciegas, mentiras y corrupción así como un pequeño gesto de amor, bondad y respeto que se convirtió en el inicio, en el Germen, tras un ataque de una neblina rojiza llamada Amel.

Aquel espíritu vengativo estaba uniéndonos a todos, poseía vida dentro de ella aunque muy débil. Él comenzó a cobrar conciencia cuando ella despertó, pero eso no lo sabíamos. Y, cuando él tuvo fuerzas suficiente, más allá de balbucear algunas simples palabras, la siguiente Quema se inició. La Tercera Quema arrasó la noche durante semanas, iniciando focos en Brasil, India y diversos lugares de Europa. Los jóvenes ardían de nuevo. Muchos antiguos eran usados como viejos soldados que entraban en guerra mientras una voz, suave y testaruda, pedía que murieran en su nombre, por su dolor y poder.

Los seres humanos también están matando ahora. Matan en nombre de un Dios que dice hablarles, pero sólo es su ambición, estupidez y peligrosos deseos políticos que se envuelven en religión. Las verdaderas religiones fueron creadas para mostrarle al hombre la piedad, bondad, respeto, superioridad y comprensión. El hombre no era perfecto, por eso creó a Dios. Deseaba que alguien superior le mostrase el camino a seguir y, de ese modo, mejorar su vida, así como la de los suyos, pero la sed belicosa de los distintos pueblos, el deseo insaciable de llevar la razón, los convirtió en monstruos. Mataron en nombre del Dios cristiano en las viejas guerras, del mismo modo que mataron a su profeta los judíos creando esa religión cristiana, y así matan ahora, indiscriminadamente, en nombre del Dios musulmán. Mentira. Todo es mentira. Son actos crueles de personas manipuladas por el poder político y económico, pues las guerras generan dinero y éste es necesario en una sociedad capitalista. El soporte económico de éstos malditos grupos de asesinos, torturadores y tercos está en Estados Unidos. La represión, el odio, la violencia, las bombas cayendo sobre territorio musulmán generó el odio y las armas provienen de intereses armamentísticos de ese país, cuna de las libertades y las balas fáciles, así como de Europa. Nos venden miedo y compramos protección, regalamos odio y el mundo yace en ruinas, sangre y dolor.

Nosotros los vampiros nos hemos unido, sin importar nuestros orígenes, ¿por qué no lo hacen ustedes? Unan sus manos sin importar sus religiones, recen con fe aunque no sea a un Dios, y respondan con palabras sabias a las mentiras, odio y venganza que están plantando en sus corazones. Y, por favor, no olviden las víctimas de todas las guerras. A veces siento que sólo hiere cuando son atacados países occidentales, como si los orientales no sufrieran. Todos sufren.

Quien guarda rencor, responde con odio, muestra rabia e indignación en vez de palabras justas, bondad y lazos de hermandad. Quien rechaza y sólo ve sus miserias, aquellos que no son capaces de pensar que también son víctimas los musulmanes, pues atacan usando su cultura y su fe, está ciego y equivocado. Ustedes son parte de La Tribu, La Familia Humana de Maharet y Khayman, y deben aprender a convivir, respetarse y no atacar desde la venganza. Y ésto, compañeros mortales, se aplica a todos sus actos. Quien posee odio en sus corazones, quien sabe que actúa mal, se pudre y se convierte en desperdicio. Haz el amor, posee integridad y sigue tu honor. Sé un ejemplo de buena voluntad y no de estupidez, mediocridad y odio.


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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt