Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 16 de mayo de 2016

Ghost

Preparen motores para la próxima "Voz de la Tribu" porque se hablará sobre este archivo.

Lestat de Lioncourt


De nuevo estábamos frente a aquel impresionante edificio. Observaba cada uno de sus piedras colocadas con total precisión, puestas una a una para ser la fortaleza de pensadores y creyentes fervientes en un mundo extraño y singular. Podía decir sin miedo alguno que el mundo estaba hecho un caos y que ellos intentaban comprender cada pedazo sin desenmarañarlo. Dentro había hombres y mujeres llenos de coraje, valores clásicos y curiosidad. Cuando hablo de valores clásicos me refiero al valor, honor y orgullo de pertenecer a un grupo selecto de pensadores. No se admitía la traición.

—Deseo enseñarte un archivo—confesó.

—¿De qué trata?—dije con los ojos fijos en la única ventana iluminada de toda la fachada frontal.

—Stuart Townsend era un miembro joven de Talamasca. No poseía poderes sobrenaturales, pero un buen día despertó de una pesadilla—explicó brevemente sin entrar en detalles.

—¿Pesadilla? Su nombre me es familiar—comenté con las manos en los bolsillos de mi holgado pantalón.

—Por su puesto que te debe ser familiar. ¿Recuerdas que hace tiempo te ofrecí los Archivos de las Brujas de Mayfair?—preguntó mirándome de soslayo.

—Sí, pero...

—Él fue asesinado por “tía Carl” cuando aún era una mujer muy joven. Fue poco antes del asesinado de Stella a manos de Lionel, hermano de ambas, aunque se sospecha que quien ideó el crimen fue la mayor de los hermanos—decía aquello como si él hubiese escrito cada uno de los acontecimientos en aquellas líneas algo borrosas por ser escritas hacía décadas gracias a una elegante máquina de escribir.

Sabía bien que esos archivos habían sido la muerte de su amigo Aaron. No me gustaba profundizar en la herida, pero en esos momentos coloqué mis manos sobre sus hombros como apoyo moral. Después, sin decir nada, entramos en la Orden colándonos por una de las puertas que solían usarse para el personal de servicio.

Corrimos por las escaleras moviéndonos tan rápido que nadie pudiese vernos, con la mente cerrada e intentando que no pudiesen ni escuchar nuestras pisadas. Al llegar a los archivos, en la parte inferior de la Orden, sacamos el documento rápidamente porque él recordaba donde estaba amontonado. La mayoría de los archivos ya habían sido informatizados y nadie echaría en falta una carpeta como esa.

—¿Por qué deseas esto?—pregunté frunciendo el ceño.

—Indagando más en su caso podríamos comprender como Raglan aprendió a robar cuerpos. ¿No te preocupa que ahora con tantos fantasmas hagan algo similar?—dijo pasándome la carpeta.

“Stuart Townsend

Resumen breve:
Stuart era un niño sano y fuerte que una mañana despertó exigiendo vestidos de niña. Tenía recuerdos de una vida que no poseía, lloraba porque su cuerpo no era el apropiado para “ella” y se frustraba cuando alguien le recordaba que su género era masculino y no femenino. Padeció este suceso durante algunos años, pero una noche se acostó para levantarse de nuevo siendo Stuart.
No recordaba nada de lo sucedido y creía que tenía apenas diez años. Fue un suceso muy extraño que escandalizó a la familia. El chico tuvo que aprender todo lo que se había perdido en los años de posesión. Todavía se desconoce quién era la niña, dónde fue, por qué usurpó su cuerpo y si lo ha hecho en otras ocasiones no constatadas.
De esto hace seis meses y no han ocurrido más problemas.

Estado mental: Notable.
Estado físico: Sin enfermedades físicas.
Historial de enfermedades: Algún catarro alguna vez y un par de dioptrías en ambos ojos.”

—Faltan hojas—murmuré.

—Posiblemente se han extraviado—dijo tras chasquear la lengua.

—¿Ese fantasma aún está en First Street?—pregunté.

—Sí, pero dudo que nos abran sus puertas.


Teníamos un documento antiguo, sellado por el director de aquel entonces, y con una rubrica ilegible del hombre que había realizado el informe. No había nada más. Sólo existía una vieja fotografía algo desgastada donde se veía al chico delgaducho, con gafas y pelo revuelto en la humilde vivienda de sus padres. Habíamos entrado en Talamasca para nada, pero al menos podíamos demostrar que la historia de Stuart era cierta y alertar quizás en el programa de Benjamín que podrían darse casos similares ahora que muchos vampiros jóvenes regresaban como fantasmas.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt