Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 31 de mayo de 2016

Pedazo de cielo

Creo que todo hombre vende su alma por un trozo de cielo, pero este termina siendo el mismo infierno. Yo conocí el infierno hace algunos años y aún no me arrepiento. No puedo arrepentirme de tocar esa piel morena mientras deslizaba peligrosamente mis manos por sus caderas amplias de mujer negra. Sin duda alguna me enamoré perdidamente de ella mucho antes que fuese una mujer. Era sólo una niña pero su alma tenía la sabiduría y la madurez de una mujer apasionada. Guardé mis instintos más primarios y horribles durante mucho tiempo encerrados en un cajón lleno de frustración, deseo, rabia, pasión y fantasmas. Sí, fantasmas. Espíritus que me recordaban que estaba siendo tentado por una mujer que jamás podría tener ni retener por unos unos minutos. Ella como el fuego porque quemaba sólo con su recuerdo y como océano más profundo porque te ahogaba sólo con un beso en la mejilla.

La recuerdo descalza, con el pelo enmarañado y ese vestido blanco de estampados de flores de mil colores. Esos ojos verdes fueron mi perdición. Malditas esas esmeraldas que parecían ser lo único que tenía en ese rostro de muñeca perfecta. Supe que sería hermosa con el paso de los años y que yo debía protegerla. Cualquier desalmado, mucho peor que yo, la destruiría con tal de contar una conquista en una selva oscura de suave piel. Era pantera y a mí las panteras siempre me dieron cierto respeto hasta que una casi me mata.

Intenté que tuviese los mejores estudios y se centrase en una vida menos extraña, con horarios definidos y un trabajo estable. Sin embargo, decidió ser de Talamasca, la Organización de Detectives de lo Paranormal a la que pertenecía. Me sentí feliz porque tomase esa decisión, pero a la vez sabía que no sería feliz y yo me sentiría arrastrado por los demonios que controlaba a duras penas.

Muchos creerán que contar su historia fue suficiente. Ese libro donde hablo de ella y de como me conquistó no es nada. Sólo son páginas llenas de frases que ocultan una pasión desbordada. Se vengó de mí porque cuando se entregó a mis bajos instintos, a los bajos instintos de cualquier hombre, la rechacé alejándome de ella con la excusa más barata que pude hallar.


Había vendido mi alma al Diablo. Ella poseía cada hilo de la estopa de mi alma. Sabía que me condenaría por siempre sólo por amarla de forma cobarde. Porque lo soy. Soy un cobarde. Amo entregarme a las aventuras más difíciles y me enfrento a enemigos invisibles, pero luego no tengo agallas de amar sin barreras. Quizás en esos momentos era viejo y estúpido, como todos los viejos lo son, pero ahora que soy un vampiro no tenía excusa. Podía haber convertido mi mente en un refugio nuevo para empezar a ser joven más allá de mi físico y vivir una aventura de amor apasionado, pero no tuve agallas y ahora ya es tarde. Ella no está. Ella se fue y se llevó parte de mi alma.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt