Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 1 de junio de 2016

David Talbot

Nunca he pensado demasiado en las cosas que tenía que hacer o evitar. De hecho, soy impulsivo. Siempre estoy metiéndome constantemente en líos. La verdad es que me apasiona investigar y comprender por mí mismo. No me importa las señales que aparezcan en mi camino, ni las advertencias de los múltiples consejos que puedan darme y ni mucho menos saber que voy a terminar maltrecho. Lo hago. No puedo evitarlo. Yo soy así. Por mucho que los años pasen voy a seguir arrastrando este impulso tan apasionado.

Hace décadas que conocí al hombre más paciente sobre la tierra. Mi amistad con él no le ha traído demasiados beneficios. Yo he perjudicado muchas veces su bienestar y he provocado que se preocupara por mí. Quizás en parte me expongo tanto porque quiero que él se fije en mí como hacen cientos en todo el mundo. Me gusta saber que él está ahí aunque sea en silencio. Es agradable saber que tienes amigos que te quieren y que protegerán tus pasos pese a ser un completo desastre. Admito que lo soy. Soy un desastre.

Recuerdo las primeras noches en su compañía. No dejaba de fijarme en cada uno de sus rasgos y movimientos. Era increíble. Me gustaba ver como se desenvolvía por la habitación intentando comprender todo lo que yo decía. Yo ya era conocido pero él era un pequeño tesoro que sólo yo sabía dónde estaba, cuánto valía y por qué era necesario que nadie más supiese de su existencia. Soy un egoísta en todos los sentidos. Quería acaparar su atención porque pensaba que lo merecía, pero en realidad merecía que me echase de su despacho y diese un portazo tras mi espalda.

Han pasado muchas cosas desde que nos presentamos como dos auténticos caballeros, y es curioso porque yo jamás me he considerado uno. Tantos años que ya no soy capaz de contarlos con facilidad. A veces se me escapan los detalles de ciertos recuerdos, pero no podré olvidar jamás su colonia masculina y su fuerte abrazo. No temió en abrazarme. Un simple humano no puso barrera alguna a estrecharme como si fuese un hermano o un hijo. Creo que me eché a llorar por el sentimiento hogareño que me ofreció. Hacía mucho tiempo que no sentía un abrazo tan fraternal y no pude controlar las lágrimas.

Ahora él ya no es un destacado miembro de la Orden de Talamasca. Por mi culpa perdió su cuerpo, su empleo, su identidad y parte de sus propiedades que poco a poco ha podido recuperar. Podía haber provocado un gran desastre, pero él supo solventar esa difícil situación tras convertirlo en vampiro. Recuerdo que se echó a reír, me dio las gracias y me abrazó con euforia. Tal vez porque sabía que iba a morir después de todo, ya que era un hombre que rondaba los setenta años y los achaques de la edad empezaban a dejarlo tirado como un objeto que no sirve.

En estos momentos lo tengo frente a mí redactando algunas cartas. He pedido que sea mi secretario personal y consejero. Es cierto que no siempre he escuchado sus palabras, que me he enfrentado a sus deseos, que soy un caprichoso y además no pienso demasiado mis acciones. ¡Es cierto! ¡Qué le voy a hacer! ¡Soy así! No puedo evitarlo. Pobre de aquel que intente corregirme porque no lo va a lograr y sólo malgastará su tiempo. Él lo sabe, lo acepta y se ríe ante ello. Acepto que jamás he visto a un hombre tan feliz como él de perseguirme por el mundo gritando: ¡Estás loco! ¡Vas a matarnos a todos! ¡Si lo vas a hacer al menos llévame contigo!


¡Ja! ¡Es increíble! David es increíble. ¿Os he dicho que adoro a ese vampiro? ¡Lo adoro! Creo que es mi mejor amigo y la conciencia que nunca tuve. Tal vez soy el Pinocho de ese Pepito Grillo.


Lestat de Lioncourt 

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Todos tenemos un David Talbot y yo tengo uno desde hace 13 años. Fue extraño como nos conocimos y sé que muchas amistades van y vienen. Él me ha aceptado en mis momentos de euforia, en mi ratitos de pena y también me ha acompañado a la aventura de muchos proyectos. Me ha escuchado reír y llorar. Creo que nunca le he dado como se debe las gracias. Es cierto que siempre me acuerdo de él cuando me pasa algo bueno o malo, que corro a buscarlo y le pido consejo aunque ya sepa que me va a decir que no lo haga o que es una tontería. Lo hago porque necesito escuchar su voz o leer sus palabras. Todos necesitamos a nuestros amigos y más aún si estos han estado a tu lado en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad y sin tener que tener una relación de matrimonio... Porque los matrimonios discuten y los amigos pueden ser un "matrimonio" pero los matrimonios pueden divorciarse y yo no querría dejar atrás a alguien tan valioso para mí. 

Estos últimos años han sido muy complicados para mí. Los últimos meses lo han sido aún más. Tengo muchos problemas que no cuento salvo a mis mejores amigos... Él siempre está ahí entre ellos. La verdad es que puedo contar a mis buenos amigos con los dedos de las manos. Sólo son seis. Luego están los amigos que son unos pocos más y el resto son conocidos. No tengo muchos amigos porque la vida no tiene mucho tiempo y no me gusta malgastar mi tiempo en personas que no lo valen, en gente que no tiene paciencia o que no sabe apreciar mi compañía. Ellos se merecen todo mi tiempo y el mejor de mis esfuerzos. 

Este texto en concreto está dedicado a uno de ellos pero también quiero dedicárselo un poco a esos amigos que tanto quiero. Gracias chicos por todo. Gracias Rose, Merrick, Mekare y Xanxus por el apoyo de estas semanas. Pero sobre todo gracias a ti Javi.   

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt