Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 3 de agosto de 2017

El hombre de los misterios

David y su deseo de saber... ¡Ah! Lo amo.

Lestat de Lioncourt 


En más de una ocasión me he preguntado si hay más criaturas no-humanas además de los dichosos Taltos. Esos hombres y mujeres con corazón de niño, ojos sabios y extraños poderes. Aquellos que una vez se alzaron en el mundo para intentar quedar ocultos, satisfechos con su vieja y pacífica religión hermanada con la naturaleza y el amor mutuo, y que lentamente fueron masacrados, olvidados y sepultados como si fueran viejos santos o monstruos terribles.

Recuerdo vagamente la primera vez que Aaron me habló de los Mayfair y del espíritu que se hallaba rondando la familia. Sopesé largo rato si era factible que esa criatura fuese sólo un fantasma. Yo era el experto en lo paranormal, pero la labor de investigación y la paciencia desmesurada era de mi buen amigo.

Pasados unos años el tema volvió a surgir con fuerza. Él se sentó al otro extremo de la mesa de mi despacho y me habló emocionado por haber hallado algunos documentos más, cartas tan sólo, de Julien Mayfair a algunos empresarios que terminaron desapareciendo o muriendo en penosas circunstancias.

No se me puede olvidar la inquietud que tenía en su alma y la insatisfacción de sentir rondar a la muerte, pues ya iba envejeciendo tanto como yo, sin lograr hallar resultado alguno. Y cuando lo halló fue para encontrar la muerte siendo asesinados por traidores a la patria, nuestra patria, la patria de todo sabio de nuestra orden: Talamasca.

Desde entonces he recorrido el mundo escuchando interesantes historias, conversando con fantasmas y también con espíritus que han logrado tener un cuerpo físico. Durante más de dos décadas me he desplazado a las distintas bibliotecas del mundo, he dormido cerca de las pirámides del Valle de Gizeh y he afrontado el reto de marcharme a climas muy adversos, demasiado fríos y húmedos, sólo para contemplar los distintos núcleos vampíricos. No he hallado más criaturas como las descritas por Lestat en su última aventura en Nueva Orlenas.

Aún así creo firmemente que existen más seres extraños ahí fuera. Mis hermanos y hermanas de Talamasca, pues aún los siento como tales, siguen estudiando dentro de su limitada capacidad humana, debido al poco espacio en el tiempo que logran vivir, los misterios de este mundo. Hay algo más que reencarnaciones, fantasmas, espíritus y fenómenos inexplicables. Tiene que haber más.

Sobre todo estoy muy concentrado ahora en Memnoch. Lestat dice que sigue escuchándolo con sus palabras en un tono seductor, aunque a veces se agita, así como solía escuchar y escucha a Amel día a día. Es un espíritu malvado, ¿pero de dónde proviene? ¿Qué pretende realmente? ¿Cómo es posible que creó su propio infierno basado en las distintas religiones? ¿Qué hay de cierto en estas conjeturas? ¿Cuántas almas caen al día en sus manos? ¿Qué ocurre con las que logran salir como hizo Lestat? Diablos, y nunca mejor dicho, me siento tan perdido y a la vez maravillado que mi corazón palpita como un potente tambor.


Ojalá un día sepa todo lo que hay en este mundo, ¿pero qué me pasará entonces? ¿Qué ocurrirá con David Talbot? El tiempo lo dirá.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt