Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 5 de septiembre de 2009

Dark City - capitulo 9 -Días precipitados, demasiado precipitados VI







Llegué justo a tiempo. Mis amigos acababan de llegar. Kamijo y el resto del grupo, menos Yutaka, estaban esperándome para templar mis nervios mientras me vestía. Los amigos de mi hijo y los de mi hija ayudaban a Lionel a decorar con los últimos detalles. Colocaban los centros de flores que iban llegando, daban indicaciones al catering y ayudaban a llenar mi casa de ajetreo. Jasmine ayudaba a peinarse y maquillarse un poco a Phoenix. El hijo de Eduart, Junior, pareja de mi hija intentaba con Lionel entretener al pequeño Jun mientras Eric, también conocido como Cat, les hacía fotografías una y otra vez. Esos dos chicos los vi en el concierto, no di demasiada importancia a ambos y luego tuve la sorpresa de que eran cercanos a mi pequeña princesa. También había llegado Amaury, he de decir que cuando lo vi en elegante traje chaqueta no lo reconocí. Claro que un chico como él siempre deja a la luz su lenguaje. La ceremonia se iba a dar.

Cuando ya estaba por empezar llego Hizaki con su novio armando un alboroto allí abajo. Podía escuchar a todos gritar, reír y conversar sin más. Llamó antes de entrar en la habitación donde me arreglaba.

-¡Un momento!-gritó Kamijo terminando de ayudarme con la chaqueta.

-¿Sí?-preguntó mi amigo Imai abriendo la puerta y observando fijamente a mi hijo, yo contemplaba la escena por el espejo de cuerpo entero.-Oye viejo verde aquí está tu niñito... el cual te hará un abuelo respetable.-canturreó y Toll lo metió para dentro agarrándolo del cuello.-¡Animal!

Todos vestían de negro, como si fuera un funeral. Yo siempre vestía de ese color, así que me permití el lujo de ir de blanco.

-Dios pareces...-balbuceó mi hijo mientras yo aún estaba girado de espalda.

-Di algo Hizaki y te juro que te tiro por las escaleras.-dije acomodando mi reloj de bolsillo en el chaleco.

-Creo que se ve muy bien señor Sakurai.-comentó su novio con una sonrisa. La ropa era la perdición de ese hombre, ya que era diseñador y su mayor pasión parecía su trabajo.- tiene un buen corte, se nota una buena manufactura... trabajo de couture ¿verdad?-interrogó halagándome aún más, inflando mi ego.-Aparte es adecuado para una boda en esta temporada

-Merci.-susurró en francés como respuesta, mientras me giraba hacia ellos.-Estuve mirando varias web de moda, diseños, y mandé a realizar uno según como yo lo quería.-respondí con media sonrisa.-Está hecho a mi gusto.

-Sí, Jasmine no quiso ayudar.-comentó Kamijo levantándose, ya que se había acomodado en un sillón, y quedó de nuevo a mi lado colocando bien mis solapas. Era otro amante de la ropa, al igual que su pareja. Ambos no podían vivir sin comprar trapos por Internet o en tiendas exclusivas.

-Te quedó bastante bien, tan sólo iba a decirte un halago, pero si quieres tirarme por las escaleras.-sus sarcasmos e ironía le hacían más cercano a mí que a su madre, yo tan sólo sonreí de lado y no dije nada.

Entonces entró su ex, era hijo de un antiguo amigo y no lo reconocí aquel día en las pistas aunque por un instante se me hizo conocido. Siempre medité si era algo más que su parecido a Yutaka.

-Señores ¿desean limonada?-preguntó con una leve sonrisa.-Abajo también estamos tomando.

-Arigato.-dije tomando mi vaso de la bandeja que llevaba aquel joven. Había subido todos esos vasos sin hacer que cayera ni una sola gota.

-Me estoy preocupando... Uta no contesta.-murmuró Toll mirando la pantalla del móvil.

-Seguro que la mosca muerta de tu hermano revolotea por las tiendas comprando para quitarse la depresión.-no eran tiendas de ropa de las que hablaba, sino de peluches y dulces. Yutaka jamás cambiaría, seguiría siendo un niño eterno. Aquello que dijo Imai era muy cierto. Ambos eran pareja, pero ante el resto se comportaban como simples amigos.

-Gracias.-los labios de Hide se abrieron tomando el vaso. No había dicho nada desde su llegada, parecía parte del decorado.

-¿Quieres Hiza? La hice como a ti te gusta.-miré de reojo la escena. Era guapo, su cuerpo perfecto y la ropa provocadora. Sabía todos los gustos de mi hijo y se pasaba la vida hablando de él. Desde que llegó estaba nervioso y hablando con su hermano. Le preguntaba una y otra vez si estaba atractivo. Sin embargo mi hijo ni lo miraba, pasaba automáticamente de él e incluso rechazaba la limonada.-¿Seguro?-interrogó con los ojos brillosos, estaba rogando un poco de atención hacia él.

-No tengo ganas de Limonada.-respondió frío y tajante.

-¿Quieres que te haga algo de aperitivo? sueles comer algo a esta hora...-Toll lo miró confuso, era como ver a su hermano y lo había notado desde su llegada.

-No, gracias.-repitió un no mientras no bebía aquel jugo, estaba frío y con el toque perfecto de azúcar.

Kamijo tomó su vaso y le ofreció uno a Olivier. Intentaba ser conciliador y dar ánimos a la pareja de mi hijo. Seguro que no era un buen trago para los tres.

-¿Podríamos hablar luego?-sonrió leve esperanzado de tener cinco minutos en su compañía.

-No.-y así seguiría una y otra vez, era una negativa completa y sus intentos no darían frutos.

-Míralo igualito a ti Acchan.-dijo Imai alargando la n como lo hacía Yutaka.

-Al menos este tiene algo de cerebro.-escuché por lo bajo a Toll.

-Callate.-gruñí para mis dos amigos.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt