Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 1 de julio de 2013

Historia de Lestat

Nací en Auvernia siendo el séptimo hijo de un Marqués lisiado debido a la sífilis y de una madre enferma, completamente agotada, cuyo esplendor italiano quedó apagado gracias al imbécil que decía ser el amo del castillo, sus tierras cuasi baldía y campesinos atrincherados por lobos que yo terminé matando. Quise entrar como sacerdote y estuve a punto de tomar los hábitos, pero mi padre me mandó de nuevo para casa, deseé ser actor y vivir lejos de la prisión que eran los muros de aquella fortaleza, pero mi padre convenció a mi amante gitana para que me devolviera. Cada vez más me escapaba al pueblo, tenía sexo en los pajares y cobertizos con las campesinas y éstas subían al castillo con un retoño entre sus brazos que decía ser mío. Mi madre las callaba con dinero, el mismo que usaba para callarme a mí. Cuando era un niño a penas me regaló unos perros que dormían cada noche conmigo, los mismos que perdí en mi batalla con las fauces de los temibles lobos.

Siempre pensé que los lobos eran seres peligrosos pero hermosos. Eran animales salvajes, podían sobrevivir a las inclemencias y eran astutos. Sin embargo, jamás me vi matando a ocho. Perdí mi caballo, mis perros y gran parte de mi inocencia. Al regresar a casa mis dos hermanos, los superviviente junto a mí tras la muerte del resto en el parto o por enfermedades, ninguno me creyó pero mi madre lo supo. Su expresión me lo decía todo.

Después de ir a la perrera y agarrar dos perros, llevarlos conmigo, quedármelos y meterlos en la cama me quedé dormido durante días. Al despertar mi hazaña había corrido como la pólvora y un muchacho que conocía de niño apareció. Era el hijo de un burgués y decía amar el violín. Nicolas de Lenfent me trajo unas botas y una abrigada capa. Pronto me contó entre vinos, caricias íntimas y sonatas surgidas de su violín la belleza de París. Él no estaba convencido de ir, pero mi madre me dio dinero y huimos juntos.

Él y yo en un grupo de teatro. Comencé a ser un grande, al menos me dieron papeles importantes. Yo era Leilo, el personaje secundario y el hermoso seductor de una mujer. Bailaba, brincaba, entonaba y finalmente llamé la atención de Magnus. Desdentado, viejo y feo Magnus que me llamó Matalobos y me encerró en su fortaleza lejos de la belleza parisina. Me hizo su hijo. Ya lo había intentado con jóvenes de similares características pero yo terminé siendo el elegido. Después de decirme algunos secretos y consejos se tiró al fuego diciendo que vería a Satanás.

Rico, joven y eterno decidí vivir la vida con ciertos lujos y conocer mi poder por mis propios medios. Sin embargo, cuando mi madre vino enferma a París fui a por ella. La busqué con mis nuevos conocimientos. Había aprendido a leer y escribir, era un hombre mucho más poderoso que el chiquillo que siempre tiraba de sus faldas. Ella me pidió que la convirtiera y lo hice. Poco después Nicolas sería atormentado y secuestrado por Armand y su asamblea, el cual terminó derrotado por mis persuasivas palabras. Nicolas, lo amé como humano y lo convertí creando a un monstruo que me odiaba y me echó de su lado.

Finalmente me fui buscando al creador de Armand, el cual era Marius. Marius apareció cuando quería inmolarme al sol, ya que mi madre desapareció la noche en la cual supe que Nicolas se tiró a las llamas. Marius me contó secretos que no rebelaba desde hacía cientos de años. Me habló de Madre y Padre, de los orígenes de nuestra raza y también que no creía en dioses. Me llamó inocente, el hijo de la inocencia. Sin embargo, decidí ir solo a ver a Akasha, sin su compañía, y la desperté tocando el violín. Eso provocó que Enkil se despertara molesto y me atacara. Pronto me vi rodeado, Marius me salvó por puro milagro y finalmente me pidió que me fuera.

Meses después hice algo por amor y capricho, me enamoré de Louis Pointe Du Lac. Me recordó a Nicolas en sus deseos de destruirse, pero puedo decir que con él he vivido años muy dulces y aventuras emocionantes. Me enamoré y he estado perdidamente enamorado de él hasta hace poco que cambió, pero no adelantemos acontecimientos. Creé una hija para ambos, hice una niña vampiro, lo cual estaba prohibido. La pequeña vivió con nosotros durante ochenta años y acabó odiándome, intentando asesinarme y Louis colaborando por amor a ella. Quise volver a por ellos, lo hice, pero terminé envuelto en llamas junto a la casa. Después de esa tragedia intenté hablar con Armand, que me devolviera el favor de haberle dejado el teatro pero él no lo vio así y me lanzó de la Torre de la fortaleza de Magnus.

No sé como pude volver a ponerme de pie, llegar hasta mi lugar de encierro y leer durante meses. Madera podrida, libros podridos... incluso mis ropas. Finalmente, tras ver de nuevo a Armand y negarme a su ayuda, arrojándolo lejos de mí, me refugié en la tierra y el descanso. Pasaron décadas y al aparecer la música rock sonaba y el libro “Entrevista con el vampiro” era lo más vendido. Todos me conocían pero no por mí, sino por Louis. Louis había hecho una caricatura absurda de mi persona. Ni siquiera comprendía que cazaba villanos y gente enferma, no lo comprendía porque él jamás tuvo ese don mental. También narraba el hecho de la perdida de Claudia y como viajó con Armand.

Finalmente me hice estrella del rock de mano de un grupo de jóvenes llamados La Noche Libre de Satán. Pero en mi primer concierto Akasha apareció y masacró a mortales e inmortales, yo desaparecí en un Jepp pilotado por mi madre junto a Louis como copiloto. Llegamos a un refugio con otros inmortales, pero finalmente Aksha me llevó con ella durante días donde sentí que mi vida se hacía añicos. Sentí miedo y también dolor. Cuando ella murió a manos de las Gemelas me estremecí.

No pasaría mucho hasta que me sentiría seducido por intercambiar mi cuerpo y volver a saber que es ser humano. Pero, fui engañado y Louis por poco me mata aplastándome la cabeza al verme en el cuerpo mortal. David Talbot, estudioso de Talmasca y director de la Orden de detectives de lo paranormal, que había conocido tras mi aventura con Akasha me ayudó a recuperarlo pero él perdió su cuerpo de erudito canoso de sesenta años por un cuerpo joven, de ojos café y cabello castaño que terminó siendo su recipiente inmortal. Sé que por un lado me odió pero ahora no siente odio, sino de nuevo aprecio. En esa aventura también deseé ver el Gobi, no morí, vi el sol, me tosté y tenía un bonito bronceado.

Después, de la nada, y sin yo desearlo conversé con el Demonio y él me habló a su modo de la vida, la muerte, el bien y el mal mientras intentaba ayudar a Dora, la hija del mafioso que había matado horas antes. Después de volver con el velo de la Verónica, que Armand y Mael intentaran morir en vano, guardé silencio. Memnoch me había sacado un ojo y al recuperarlo me sentí atormentado.

Al desperar David quiso contactar con Claudia para Louis y Louis terminó exponiéndose al sol. Casi lo pierdo, pero devolverlo a la vida fue darle una personalidad más cínica, perturbadora y cruel. Nunca volvió a ser el hombre que yo amaba, el Louis que yo molestaba, el ser por el cual viví una mentira deliciosa de ochenta años y el hombre que cautivó a tantos en sus memorias. Merrick Mayfair acabó siendo una de las nuestras, pero moriría poco después intentado exorcizar a un joven vampiro que contactó conmigo, Tarquin Blackwood, que tomé como un pequeño hermano. En éste punto los Mayfair aparecen por primera vez y pronto conocería a Rowan de la cual tuve que alejarme. También viene mi delirio de querer ser santo y otros momentos turbulentos.


Ésta es mi historia  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt