Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 17 de noviembre de 2014

Un sueño tras la pesadilla

Ojalá sea así. Ojalá jamás vuelva una pesadilla a molestarla. Sólo deseo que ambos estén bien. 

Lestat de Lioncourt



Mi alma se unió a la suya nada más conocerla. Quedé encadenado a mis sentimientos, pero a la vez fui preso de una libertad absoluta. Creo que jamás he sido tan libre. Amo sin remedio. No hay fronteras para ese sentimiento. Siempre pensé que en este mundo moderno estaba vacío, a pesar de ser feliz. Se puede ser feliz y sentir que algo falla, por mínimo que sea, que nos devora parcialmente el alma. La frialdad y meticulosidad de algunos es asombrosa, buscan algo práctico y nada complejo. A decir verdad, ¿no es así el amor? Complejo.

Siempre he estado rodeado de mujeres. Las mujeres suelen comprenderme mejor que los hombres. Quizás debido a mi oficio tengo cierta sensibilidad de la que otros carecen. Reconstruyo casas, les vuelvo a dar vida, y tengo que elegir la decoración exacta y los materiales que se usaron desde un principio. No sé. Tal vez puedo hablar con el alma de las viviendas y esa sensibilidad pueden verla en mis ojos azules.

Seamos sinceros. Las mujeres son para mí una bendición. He amado a muchas mujeres en mi vida, pero ninguna como a ella. Tía Viv siempre fue uno de mis grandes amores. Ella siempre me dio una pauta a seguir, unas manos suaves sobre mis mejillas y un corazón preocupado. Si bien, hay alguien que ocupó todo mi corazón cuando la conocí. Ella arrastró los pequeños fracasos tirándolos al mar.

Recuerdo a la perfección el día de nuestra boda. Era más joven, más inocente pese a todo, y tenía una hermosa sonrisa que pocas veces he vuelto a ver. Parecía una muñeca de escaparate. Sus enormes ojos grises me enloquecieron. Creo que muchos dieron fe de ese sentimiento. Fue como una explosión incontrolable de felicidad. Quise reír a carcajadas, llorar de felicidad y dar las gracias a Dios, los ángeles y todo el santoral presente en la iglesia en forma de hermosas figuras.


Mientras escribo estas líneas ella duerme. Ha trabajado tan duro que nada más llegar a casa se ha desplomado. Su cuerpo tirado en el sofá parece el de una sirena. Sus cabellos rubios rozan sus mejillas y su largo cuello de cisne. Debería despertarla, pero no lo haré. Posiblemente tan sólo la tome entre mis brazos, como el día de nuestras nupcias, y la suba hasta nuestro dormitorio para acomodarla en la cama. Si bien, en estos momentos, deseo mirarla como se mira a una obra de arte. Quiero capturar este dulce momento de tranquilidad y tregua con el mundo. Hemos vivido grandes y terribles pesadillas, así que ahora merecemos tener un sueño dulce y prácticamente eterno.  

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Lestat de Lioncourt