Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 9 de diciembre de 2014

Seré...

Memnoch otra vez. Quiere ser un héroe, ¿para qué? Mejor que nos salvemos cada uno. Yo a él no le creo.

Lestat de Lioncourt


Cuando el silencio se convierte en melodía y acompaña a tus lágrimas, sueños rotos y preguntas sin resolver es tan doloroso como una espada atravesando tu corazón, el cual aún late y tiene ciertas esperanzas que sabes que son en vano. Aprendes a secarte las lágrimas por ti mismo, sacudirte el polvo e intentar curar esas heridas que parecen infectadas por la amargura. El dolor sólo te hace más fuerte, pero a veces esa fortaleza se enquista con el rencor y la venganza.

He visto mis alas cubrirse de luto. Pluma por pluma se han teñido con el nulo color de la desesperanza. La oscuridad cubrió mi cuerpo, convirtiéndolo en mármol oscuro, mientras mis manos se convertían en garras que rasgaban el aire buscando la mano que ya no me tenderían. Acepté mi destino, el reto impuesto por Dios, pensando que sería fácil la encomienda. No lo es.

En el lugar donde me hallo las almas se lamentan de sus posibles pecados, se alzan como ráfagas de aire hacia el cielo y bajan como si fueran tormentas huracanadas. Hay miles tienen forma humana todavía. Los ves caminando decaídos, fustigándose, lamentándose y clamando al aire porque no comprenden el motivo por el cual están siguiendo el camino amargo, cruel y desesperado que llaman infierno.

He visto a niños caer en este lugar. Pequeños con el rostro cubierto de lágrimas buscando a sus padres en mitad del horror de una guerra. Soldados abrazados al enemigo pidiendo perdón. Mujeres arrastrando los pies mientras se abrazan a sí mismas, posiblemente preguntándose porque están allí y cuál es su pecado. Muchos no seguían a Dios. Había quienes siquiera sabían que seguir las órdenes de un alto mando, el cual podía hundir su vida y la de los suyos, sería su condena. Hay quienes cometieron un pecado nimio, pero Dios es así de cruel. No escucha, no atiende razones, simplemente ve almas manchadas y las expulsa de su territorio. Me las envía a mí, para que las contemple como si fueran mi derrota. Sin embargo, yo en ellas veo su derrota y ceguera. Nadie es perfecto, ni siquiera él.

Los ángeles, mis hermanos, cometen pecados en nombre de Dios. Ellos niegan la ayuda que deben ofrecer, pues miran hacia otro lado mientras miles de personas claman y rezan. La vida injusta. Muchos cometen pecados para poder llevarse un mendrugo de pan a la boca. Dios ha matado a miles porque nos los veía aceptables para formar parte de su imperfecto plan. Él es el cruel, no yo.


Sin embargo, yo soy quien cargo la cruz del miedo, dolor y culpa. Soy el pecador más grande. En mis manos está salvarlos y aún no sé la clave. No soy bondadoso, pero tampoco soy el monstruo que dicen que soy. Vivo en la oscuridad como todos ustedes, aunque aún poseo la luz que contengo con tenacidad. No permitiré que la esperanza huya y le amputen las alas en un precario intento de condenarnos nuevamente. Yo seré el héroe. Os lo demostraré.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt