Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 22 de febrero de 2015

El verdadero amor

Michael también tenía algo especial para Rowan... Y he aquí quedando como imbécil de nuevo.

Lestat de Lioncourt 

Amar. Ese verbo.

Amar es un verbo terrible que impulsa a dar lo mejor de ti, pero también a ofrecer lo peor. Por amor he matado, pero no me siento traicionado ni herido. Maté por el amor que tengo hacia ella, por su seguridad, por seguir unido a su cuerpo y que ella, todavía hoy, siga viva. Amor por cuidar de paraíso, el jardín del edén, que es First Street. Eso, sin duda alguna, es amor.

Hundí mi martillo en su cráneo. La sangre salpicó mi rostro, empapó mis manos e hirió de muerte la sagrada inocencia que aún poseía. Mi humanidad se disolvió como un terrón de azúcar en una taza de té. Me perdí en el calor del momento, igual que si fuese metal en una fragua, mientras él, fruto de nuestro amor, chillaba intentando sosegar al monstruo que había desatado. Él, mi hijo, era un ser grotesco que había vestido de duelo la familia en más de cinco ocasiones. Un hijo que rebasó al padre en maldad mucho antes de nacer. Un viejo conocido, un fantasma, en una cadena genética que debía ser distinta.

Maté a Lasher en nombre de Rowan, nuestro hijo Chris y en el mío propio. Dejé que su cuerpo se hundiera en la tierra removida del jardín. Arranqué el collar con la esmeralda, la contemplé unos instantes y sentí que ya no le odiaba. Tan sólo sentía lástima. Una lástima que todavía hoy perdura.


Y ella, Rowan, observa cada día el lugar donde yacen los dos hijos que concibió. No sé si deba preguntar por sus pensamientos, pero sé que toda su columna vertebral se agita y que sus manos tiemblan. He visto el dolor en sus ojos, así como la tristeza y la amargura. Sin embargo, cuando contempla los míos puedo ver amor. Un amor que no se ha ido. Es un amor que perdura. Porque en los malos momentos el amor se fortalece.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt